El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, puso toda la carne al asador con vías de conformar gobierno, de ser posible, la próxima semana y, una vez más, levantarse como el ave fénix, pese a que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), al que pertenece, perdió en las urnas ante el Partido Popular (PP), que no alcanzó una mayoría.
Por eso, al inicio de esta semana Carles Puigdemont recibió en las oficinas del Parlamento Europeo (PE) al secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, y a la presidenta del bloque de ese partido en el PE, Iratxe García, con el único fin de consolidar el apoyo, que ya consiguió de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).
También estuvo presente en esa reunión Jordi Turull, presidente del partido Junts per Catalunya (JxCat), de Puigdemont, quien priorizó la ley de amnistía para los procesados por la declaración de independencia de Cataluña en 2017, a cambio de respaldar la permanencia de Sánchez en El Palacio de la Moncloa.
Además, Puigdemont pidió el "abandono completo y efectivo de la vía judicial" contra los independentistas y la implementación de un "mecanismo de verificación" del cumplimiento de los acuerdos. Mientras son peras o manzanas, la idea de separar a Cataluña de España, si cuaja la ley, seguirá entre las prioridades de los independentistas.
La realidad electoral española es que ni el PSOE ni el conservador PP, de Alberto Núñez Feijóo, consiguieron en las elecciones realizadas en julio pasado los 176 escaños de la mayoría absoluta en el Congreso, que es quien elige al jefe de gobierno en España, debe de buscar alianzas con los partidos más chicos.
Como el PP fue el más votado, Feijóo tuvo la primera oportunidad de buscar apoyos, pero no pudo, en buena medida, porque su alianza con la ultraderecha franquista de Vox –el partido que más ha crecido, sobre todo, entre los jóvenes– no era bien vista por los otros partidos. Por esa razón, Sánchez hoy tiene la oportunidad de formar gobierno.
La intención del PSOE es registrar la ley de amnistía en el Congreso de los Diputados cuanto antes, para después celebrar el debate de investidura de Sánchez. De no llevarse a término en los próximos días, el 27 de noviembre se disolverían las Cortes Generales y se convocarían nuevas elecciones generales.
Unos nuevos comicios, un escenario muy probable entre los políticos españoles, pero que, sin duda, debilita la imagen de España ante la Unión Europea, que por cierto preside durante el actual semestre, con temas muy fuertes como son los conflictos bélicos entre Rusia y Ucrania o la crisis bélica entre Hamas e Israel, los coloca en el centro del reflector y los buenos propósitos hacia el bloque se quedaron sólo en eso.
Ahora, el PP agoniza desde fuera del ring con descalificaciones sobre un posible gobierno entre secesionistas y el PSOE, pero si no cuajan sus llamados es posible que Sánchez se vuelva a salir con la suya y también los independentistas. De lo contrario, volverán a comenzar.
POR ISRAEL LÓPEZ
COLABORADOR
ISRAEL.LOPEZ@ELHERALDODEMEXICO.COM
MAAZ