El enfrentamiento en las elecciones de 2024 entre Donald Trump y Joe Biden ofrece un escenario tremendamente complejo, marcado por las dinámicas cambiantes de la política estadounidense y las percepciones públicas sobre ambos políticos.
Un reciente sondeo de CNN muestra que Trump ha ampliado su ventaja sobre Biden en una hipotética contienda electoral de 2024, con un 49% frente al 45% de Biden. Este cambio representa una ampliación de la brecha desde una encuesta anterior, donde Trump tenía una ventaja del 47% al 46%. Curiosamente, aunque ambos candidatos tienen índices de aprobación bajos, Trump recibe mejores calificaciones que Biden en términos de "estamina/agudeza", con un 53% de respuestas afirmativas, frente a solo el 25% para Biden.
Entre los votantes menores de 35 años, un grupo demográfico que anteriormente se inclinaba fuertemente hacia Biden, ahora hay un apoyo casi igual entre ambos, con un 48% para Trump y un 47% para Biden. Esto indica un cambio significativo en las preferencias de los votantes más jóvenes. Además, en una carrera de cuatro vías con candidatos independientes, Trump lidera con un 41% frente al 35% de Biden. Estos datos sugieren que, a pesar de las controversias y los desafíos legales, Trump mantiene un fuerte apoyo entre su base y ha logrado atraer a algunos votantes más jóvenes y moderados.
Biden enfrenta desafíos significativos en su popularidad. Solo el 39% de los encuestados aprueba su desempeño como presidente, y un 58% cree que sus políticas han empeorado las condiciones económicas en EE. UU. Esta percepción se ve agravada por la falta de confianza en su capacidad para manejar asuntos críticos, como la política económica y las crisis internacionales. Aproximadamente dos tercios de los estadounidenses expresan poca o ninguna confianza en su capacidad para tomar decisiones acertadas en política de inmigración (65%) o para lidiar efectivamente con China (65%).
Los votantes también ven a Biden con recelo debido a su edad. El 73% de los estadounidenses expresan serias dudas sobre si su edad (81 años) podría afectar negativamente su competencia física y mental actual, y el 76% está preocupado por su capacidad para servir otro mandato completo si es reelegido. Además, solo alrededor de un cuarto de los estadounidenses lo considera inspirador, aunque aproximadamente la mitad cree que defiende lo que cree. Kamala Harris no ha despuntado y no es vista como un reemplazo ni tampoco como alguien que puede llevar a su actual jefe a ganar la reelección. Rumores de una posible candidatura de Gavin Newsom, el gobernador de California, en lugar de Biden son solo eso, rumores.
Un triunfo de Trump en 2024 podría tener implicaciones significativas para la democracia estadounidense. A pesar de su estilo incendiario y la preocupación expresada por exmiembros de su gabinete, Trump ha mantenido y, en algunos casos, fortalecido su base de apoyo. Su retórica divisiva y confrontativa, junto con su disposición a atacar a los medios de comunicación y figuras políticas, continúa resonando entre sus seguidores.
Por otro lado, la falta de apoyo entre exmiembros de su gabinete y la preocupación sobre su liderazgo sugieren serias dudas sobre su aptitud para el cargo. Las implicaciones de un gobierno potencialmente centrado en venganzas personales y la erosión de las normas democráticas son preocupantes.
Así las cosas, el panorama electoral de 2024 se presenta incierto, con una base de apoyo sólida para Trump a pesar de sus controversias y una popularidad menguante para Biden, exacerbada por preocupaciones económicas como la inflación y las altas tasas de interés. Los recientes triunfos locales de los demócratas, además, no pueden ser vistos como un referéndum a Biden. Una foto para el recuerdo acaba de ocurrir ante la huelga de los trabajadores de la manufactura de autos. “Working” Joe estuvo allí, con playera roja, en las líneas de piquete mientras que la campaña de Trump orquestó un espectáculo con trabajadores falsos. Digo que es una muestra de cómo es la política actual, porque no impacta ya a la baja de Trump que se sepa una vez más que miente, o que sus eventos están escenificados. Ni siquiera sus escándalos fiscales o políticos. Sus ataques a los jueces que llevan las causas en su contra solo exacerban su popularidad y él aparece ante su base como una víctima de ataques políticos. Inciertas como nunca las próximas elecciones.
POR PEDRO ÁNGEL PALOU
COLABORADOR
@PEDROPALOU
PAL