PERISCOPIO

Réquiem para los abrazos

Tres golpes a tres grupos delictivos en apenas una semana, lo que evidencia que, cuando hay interés, el gobierno sí tiene capacidad para capturar capos

OPINIÓN

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Raymundo Sánchez Patlán / Periscopio / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Se acabaron los abrazos para la delincuencia organizada en México. Por lo menos en el discurso del gobierno del presidente López Obrador, quien ahora busca reforzar la narrativa y la percepción de que las autoridades federales no tienen pactos con ningún grupo criminal y que se combate a todos por igual.

Discurso que busca impactar directamente, sí en México, pero más en Estados Unidos, donde aún permea la sospecha, entre republicanos y demócratas, de algún tipo de protección gubernamental hacia el cártel de Sinaloa, encabezado por Los Chapitos (Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán).

Sospecha que el mismo presidente López Obrador fomentó, cuando saludó a Consuelo Loera, madre de Joaquín El Chapo Guzmán, durante una de sus visitas a Badiraguato, en marzo de 2020. Estigma que lo ha perseguido desde entonces y que no se pudo sacudir con la captura y extradición de Ovidio Guzmán. Ahora, frente al último año de su mandato, el Ejecutivo parece querer exorcizar de una vez por todas ese saludo que, en su momento, hasta defendió.

En ese sentido va el compromiso para combatir al crimen organizado, sobre todo los que fabrican fentanilo (que mata a cien mil estadounidenses cada año), entablado por el mexicano con sus pares de Estados Unidos, Joe Biden, y de China, Xi Jinping, a mediados de este mes de noviembre, en San Francisco, California.

Y no tardó mucho en exhibir pruebas de que lo cumplirá, pues una semana después de haber comprometido su palabra ante Biden, el gobierno de López Obrador capturó a Néstor Isidro Pérez Salas, alias El Nini, jefe de seguridad de los hijos de Guzmán, y operador de tráfico de fentanilo.

Días después, las fuerzas federales aprehendieron a Juan Carlos Pizano Ornelas, alias El CR, jefe de plaza del Cártel Jalisco Nueva Generación, en el sur de la entidad. Y ayer, se dio a conocer la detención de César Alejandro “N”, apodado El Tartas, presunto jefe de plaza en Nuevo Laredo, del cártel del Noroeste.

Tres golpes a tres grupos delictivos en apenas una semana, lo que evidencia que, cuando hay interés y voluntad, el gobierno mexicano sí tiene capacidad para capturar a capos.

Y para reforzar la narrativa de que se combate a los grupos delictivos por igual, el mensaje central que dio la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez a diputados federales durante su comparecencia del martes pasado, es que “no hay impunidad para ningún grupo; la ley es pareja para todos”. Incluso destacó que en esta administración 81 mil 702 delincuentes han sido detenidos, 133% más que los capturados en el sexenio de Enrique Peña.

Y habrá más aprehensiones, las que sean necesarias para que en su último año de gobierno, López Obrador y su gabinete de seguridad queden fuera de toda sospecha de presuntos pactos con criminales.

Y si acaso los hubo, que se sepa ahora que nada es personal.

POR: RAYMUNDO SÁNCHEZ PATLÁN

RAYMUNDO@ELHERALDODEMEXICO.COM 

@R_SANCHEZP

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