El lunes de esta semana Claudia Sheinbaum anunció a su equipo de precampaña. La saga continuará en los próximos días, cuando la ex jefa de Gobierno anuncie otro equipo y que, según trascendió, tendría a su cargo la elaboración de materiales que alimentarán el plan de gobierno 2024-2030. Con estos dos anuncios inicia formalmente una nueva etapa en la 4T.
Y es que no sólo los tiempos jurídicos no eran propicios para que la “continuidad con cambio” adquiera una consistencia e identidad propia, tampoco lo eran los tiempos políticos. Con un presidente en plenitud política y, sobre todo, sinceramente valorado y respetado dentro del movimiento, hablar del programa que busque continuar su legado resultaba un tema delicado.
Porque la “continuidad con cambio” tendrá la responsabilidad de retomar y fortalecer lo que ha funcionado en este sexenio, pero también la de revisar aquello que falló. Tarea necesaria e ineludible, pero que debe aguardar su momento.
No hay que espantarse: es una disyuntiva a la que se enfrentan todos los oficialismos que compiten electoralmente. En términos de discurso y narrativa es mucho más cómodo ser oposición, aunque en México más bien parece todo lo contrario.
Pero conforme nos adentramos en la precampaña y transitamos al inicio formal de la campaña para la Presidencia, Claudia Sheinbaum tendrá que dejar claro cuál es su diagnóstico sobre estos seis años y cuáles serán los ejes que den sentido al “segundo piso” de la 4T.
El discurso que dio Sheinbaum en su registro como precandidata fue una primera aproximación. Continuidad de la política social, de las inversiones en infraestructura con enfoque regional, en los trenes y en la austeridad republicana, entre otros.
Pero también nuevos énfasis, sobre todo en lo relativo a educación, ciencia, tecnología e innovación, uno de los distintivos durante su gestión en la Ciudad de México.
También abordó en su discurso el tema de salud, uno de los grandes pendientes que dejará el gobierno saliente. Le tocará a Sheinbaum evaluar el alcance del nuevo IMSS-Bienestar y los desafíos de la federalización de los servicios de salud, misma que es una realidad en apenas 23 estados de la República.
La conformación de los equipos de la Dra. Sheinbaum y, sobre todo, el trabajo que se logre hacer en torno al plan de gobierno, serán señales concretas de por dónde irá la agenda que propondrá para su gobierno. Tal vez el caso más resonado es el de Arturo Zaldívar, de quien se dice que podría estar a cargo de una nueva propuesta de reforma judicial.
Nueva conducción, nuevo armado político y nueva agenda. No hay duda de que estamos en los albores de una nueva etapa de la 4T.
POR ADRIÁN VELÁZQUEZ RAMÍREZ
@ADRIANVR7
PAL