MALOS MODOS

El genocidio inexistente

No hay intento alguno de desaparecer a los palestinos, no, como sí es esa la intención explícita de Hamas con los judíos de Israel

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La respuesta militar de Israel a Hamas ha traído, como siempre, un uso reiterado, machacón, de dos términos que son, aparte de indignos, de una alarmante falta de precisión. Uno es “nazi” o “nazismo”. El otro es “genocidio”. Ambos, sobra decirlo, son términos con los que se golpea a Israel. Ambos vienen, en general, de voces etiquetables, y de hecho también auto etiquetadas, con mucha frecuencia, como de izquierda o “progresistas”.

Tachar de nazi al Estado o el ejército israelí es de una mala fe inaceptable, por supuesto. Lo es por lo que significó el nazismo para los judíos, particularmente los europeos, y por lo que significó, en un sentido amplio, por sus métodos y sus consecuencias, para el mundo entero.

Da vergüenza tener que recordarlo, de tan obvio, pero Israel no ha establecido campos de exterminio ni por supuesto cámaras de gas, como no ha practicado experimentos grotescos con seres humanos, ni ha hecho del racismo una política de Estado consignada en las leyes, ni ha asesinado legalmente a los enfermos desahuciados o las víctimas de enfermedades mentales, ni encarcelado y asesinado a homosexuales o gitanos.  

Me adelanto a las comparaciones idiotas: no, Gaza no es equivalente al Lager, y no, Israel no es un Estado racista, por mucho que el racismo exista.

La diferencia, da también pena recordarlo, es enorme. Sobre todo, Israel no ha cometido un genocidio, ni ha intentado cometerlo, ni pretende cometerlo de aquí en adelante.

Es un tema interminable de discusión, pero un genocidio, grosso modo, es una forma del exterminio, del asesinato de masas, por razones de etnia o de religión.  

Nada de eso sucede con los palestinos, desde luego, por mucho que podamos discutir el comportamiento del ejército israelí.

No hay intento alguno de desaparecer a los palestinos, no, como —ni modo, también hay que repetirlo— sí es esa la intención explícita de Hamas con los judíos de Israel y, si la vida les sonríe, del mundo, un califato sin judíos ni infieles.  

Con la frivolidad cruel de plantar esvásticas en la bandera de Israel en una caricatura chafa y hablar de un genocidio inexistente, la comentocracia progre ha conseguido quitarle el peso que sí tienen a dos palabras que no deberían usarse nunca como arma arrojadiza, por decencia y por inteligencia.

Asimismo, ha logrado, al mismo tiempo, servir de portavoz a una organización terrorista que, en efecto, torturó y asesinó niños, violó mujeres y mutiló a civiles y militares, otras cuantas cosas que no hacen las tropas israelíes.  

En pocas palabras, lo que ha logrado la comentocracia progre es dar, otra vez, muestras de un racismo francamente nauseabundo. Ese racismo viejo y nuevo que se llama antisemitismo.  

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR  

@JULIOPATAN09

MAAZ