El 29 de septiembre de 2005 se declaró el Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos, a fin de reconocer a miles de mujeres en todo el mundo que se dedican a la defensa y promoción de los derechos previstos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
En México, tanto en el ámbito público como en el privado encontramos a cientos de mujeres que realizan un arduo trabajo en este ámbito, canalizando sus esfuerzos en diversos sectores, como: personas desaparecidas, víctimas de violencia familiar, feminicidio, delitos sexuales, derechos laborales, educativos, discapacidad, salud, etc. Y es precisamente, en el ámbito privado, en donde, en los últimos años hay una respuesta mucho más eficaz y solidaria ante la incompetencia del gobierno.
En el ámbito de reconocimiento y respeto a derechos humanos ha evolucionado; La Comisión Nacional de Derechos Humanos, que surgió en 1989 como una Dirección General dependiente de la Secretaría de Gobernación, posteriormente, en 1990 le dieron calidad de Organismo Desconcentrado, en 1992 se incorporó a la Constitución Federal y finalmente el 13 de septiembre de 1999, se le otorgó en a nivel constitucional plena autonomía de gestión y presupuestaria.
A 24 años de su creación, no solo no cumple con la función de proteger y defender los Derechos Humanos, está inmersa en una terrible crisis de legitimidad y operatividad a partir del cuestionado nombramiento de María del Rosario Piedra Ibarra quien ha tenido una gestión decepcionante, por decir lo menos, no se ha ni siquiera pronunciado sobre temas torales para el país, como la militarización de la seguridad pública, las conclusiones del GIEI en el caso Ayotzinapa, las violaciones a migrantes, el aumento de desaparecidas, los miles de feminicidios, la falta de medicamentos, etc., evidenciando aún más, ser comparsa de las decisiones del presidente.
Pero voz no le falta, porque sí se pronunció a favor de la estrategia de seguridad de este gobierno, la reforma electoral e incluso defendió a los deudores alimentarios morosos a efecto de que pudieran ser candidatos, interponiendo una acción de inconstitucionalidad. Invierte mayor tiempo en defenderse de las críticas y opiniones que emiten sobre ella que en ser una defensora de los derechos humanos de miles de mexicanas y mexicanos que a diario matan, violentan, discriminan y desaparecen, lo que ha provocado que la sociedad civil y colectivos de mujeres exijan su renuncia, obviamente, sin éxito.
Un hecho más que colapso y evidenció su infausta gestión, fue la reciente renuncia de todos los integrantes del Consejo Consultivo de la CNDH cuyo propósito es encausar la labor de la institución, sin embargo, los seis consejeros señalaron que Rosario Piedra los calumnió, amenazó y obstaculizó su trabajo.
A 18 años de conmemorarse el Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos, expreso mi mayor reconocimiento a todas aquellas mujeres buscadoras, defensoras, cuidadoras, que en su día a día suman a la lucha de reconocimiento y respeto de los derechos humanos, y quienes, pese la indolencia de este gobierno, alzan la voz y no se rinden.
Por ti, por ellas, por nosotras, por México, respetemos y defendamos los derechos humanos.
Laura Esquivel Torres
Secretaria Nacional de Promoción Política de la Mujer en el CEN del PAN