EN LOS MARES DE LA EDUCACIÓN

A medio ciclo escolar, tiempo de evaluar y corregir el rumbo

Se puede pensar en programas de tutorías, aumento del tiempo de instrucción para reforzar habilidades fundamentales y apoyo en el ámbito socioemocional, entre muchas otras medidas

OPINIÓN

·
Antonio Argüelles / En los Mares de la Educación / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Cada vez que un nadador llega a la mitad de un cruce en aguas abiertas, es momento de evaluar la situación. Si, hasta ese punto, todo marcha conforme a la planeación que se hizo, el equipo en el barco escolta sabe que la probabilidad de completar el nado es bastante alta. Sin embargo, si ya se han presentado problemas —desde una desviación de la ruta por las corrientes hasta picaduras de medusas o vómitos recurrentes—, el éxito pende de un hilo. En este segundo escenario, el equipo tiene que reaccionar rápidamente y dar indicaciones al nadador para que mantenga viva la posibilidad de terminar el nado.

Si el ciclo escolar se ve como un cruce, nos acercamos rápidamente a ese punto medio en que es necesario detenerse a evaluar los avances. Un artículo reciente de la junta editorial de The New York Times describe el panorama que se alcanza a vislumbrar desde el barco escolta en Estados Unidos.

Este nadador hipotético no está en buena forma. El cierre de las escuelas durante la pandemia ha tenido un efecto devastador: el nivel de los estudiantes en matemáticas y lectura ha retrocedido dos décadas y las brechas entre los alumnos de familias pobres y ricas ha aumentado. En esta parte del cruce, el nadador al menos gozó de “corrientes favorables”, pero eso está a punto de cambiar, porque el paquete de ayuda de 190 mil millones de dólares que aprobó el gobierno federal de Estados Unidos para mitigar los efectos del cierre de las escuelas expira en 2024.

Una epidemia de ausentismo, con más de 25?% de los estudiantes ausentes crónicamente en el ciclo escolar pasado, agrava la crisis. A esto se suma el pronóstico de que los ingresos y la economía de estas generaciones se verán afectados negativamente en el largo plazo.

La situación en aguas mexicanas no es mejor. Ya he hecho referencia en este espacio a la pérdida no sólo de aprendizajes fundamentales, sino también de estudiantes en riesgo de abandono. A diferencia de Estados Unidos, aquí ni siquiera hubo un paquete económico de emergencia que ayudara a las escuelas, sobre todo a las más desfavorecidas, a enfrentar la crisis. Tampoco se ve en el horizonte un proyecto nacional que atienda estos problemas.

Ningún equipo se quedaría de brazos cruzados en el barco si ve que el nadador está en semejantes problemas a la mitad del trayecto. No obstante, en los mares de la educación en México, eso parece ser justamente lo que sucede. La mitad del nado es una oportunidad más para actuar con la urgencia que exigen las circunstancias, con una inversión significativa de los gobiernos federal y estatales en estrategias extraordinarias. Se puede pensar, por ejemplo, en programas de tutorías, aumento del tiempo de instrucción para reforzar habilidades fundamentales y apoyo en el ámbito socioemocional, entre muchas otras medidas. Todas las señales están ahí. ¿Qué esperamos para actuar?

POR ANTONIO ARGÜELLES

COLABORADOR

@MEXICANO_ACTIVO

PAL