COLUMNA INVITADA

La Refundación del PRI (parte II): Sus actuales limitaciones y vacíos

En mi entrega anterior aborde la importancia de que los priístas se decidan a refundar a ese Instituto político

OPINIÓN

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Martha Gutiérrez / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En mi entrega anterior aborde la importancia de que los priístas se decidan a refundar a ese Instituto político ante la severa crisis que enfrenta nuestro sistema político y a construir el partido del siglo XXI, que una sociedad moderna, digitalizada y empoderada como la mexicana esta demandando.

Un partido que sea verdaderamente democrático, participativo, con liderazgos del tamaño de los que le dieron forma en sus inicios y le permitieron evolucionar en el siglo XX. Sin embargo, para llegar a ello no solo se trata de una cuestión de buenos deseos, mucho menos de que su evolución se de por arte de magia. Se trata de hacer un análisis critico. Para ello se requiere de talento que reconozca y entienda a los ciudadanos.

De carácter para asumir que los errores cometidos a lo largo de las últimas décadas tienen consecuencias. Además, de una gran apertura para generar una nueva clase política que este dispuesta a innovar las anacrónicas formas de acceso al poder, para que efectivamente logren ser competitivos en lo electoral, pero sobretodo logren una mejor gobernanza. Porque la política es de profesionales.

Revisemos los saldos de lo que abordamos la semana pasada.

Es verdad que el PRI nunca fue un partido convencional. Porque una vez concluido el movimiento revolucionario, primero como PNR y luego como PRI institucionalizó en una organización las aspiraciones y demandas de justicia social, progreso económico, construcción de infraestructura, escuelas, centros de salud, hospitales, carreteras y de desarrollo del país a lo largo de un enorme periodo.

Construyó una de las principales economías del mundo y fue capaz de mantener paz social por décadas, incluso durante la transición política de nuestro país. Además construyó una clase media que no había a principios del siglo pasado y cuando el PRI entregó el poder por primera vez desde su fundación en el año 2000 ya existía una muy importante clase media en México que representaba el doble en tamaño de la población de España.

Esto nos demuestra que a pesar de sus fallas, la Revolución Mexicana rindió mejores resultados que la Revolución Bolchevique que todavía en la actualidad sigue siendo referencia para la pseudoizquierda de nuestro país.

¿Entonces que fue lo que le pasó al PRI?

La pregunta que debemos hacernos no es que le pasó al PRI. En realidad lo tenemos que analizar y reflexionar es que fue lo que le paso a sus liderazgos que se burocratizaron y no se percataron de los cambios y la evolución de la sociedad. Por eso es que el PRI en el año 2000 pierde el poder, porque su modelo clientelar de vinculación con la sociedad ya no le alcanzo para obtener los votos necesarios en una población de 65 millones de electores.

Su modelo ya no era suficiente, porque la sociedad estaba demandando nuevas modalidades de participación y porque para ese entonces había ya una incursión muy importante en la formación de la percepción de la sociedad a través de la Radio y la Televisión.

Mientras tanto el PRI seguía conduciéndose con el mismo modelo clientelar de sus estructuras y de organización corporativa que fueron heredando desde Lázaro Cárdenas y que mantuvieron por décadas (yo diría que hasta hoy en día), porque les funcionaban, y porque la sociedad lo que en ese momento estaba pidiendo era una conducción ordenada y crecimiento del país .

Cuando en 1988 llega el neoliberalismo con Carlos Salinas de Gortari, y con él las escuelas económicas neoliberales, el PRI abandonó su proyecto igualitario y de justicia social para enfocarse únicamente en el crecimiento económico. A partir de entonces dejó de ser el instrumento de vinculación del régimen con la sociedad y su lugar lo ocuparon los técnicos que venían egresados del ITAM y de la Ibero.

Comenzando a manejarse la ecuación de que la economía era un tema que debía llevarse a cabo por expertos y que éstos solo podían venir del Banco de México y de la SHCP, porque solo ellos sabían como mantener el crecimiento del país cometiendo grandes errores como la crisis financiera posterior al gobierno de José López Portillo con Miguel de la Madrid.

Entonces, la actividad política se convirtió en un tema secundario lo mismo que la vinculación con la sociedad, y los que empezaron a mandar fueron los tecnócratas del Banco de México, de SHCP y de la Secretaría de Programación y Presupuesto.

En consecuencia, las corrientes de pensamiento pasaron a ser predominantemente las neoliberales de estas entidades académicas, y entonces se aparto el eje del poder del ámbito de la política, deslizándose hacia el ámbito de la economía y los burócratas que dirigían al partido no se percataron del cambio, hasta que llegó la primera crisis del PRI en el año 2000 con la pérdida de la Presidencia de la República.

Sin embargo el priísmo perdió el poder pero los economistas se mantuvieron en él durante 18 años más. Porque el mismo grupo económico y de tecnócratas que comenzó en el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado, continuo con Carlos Salinas de Gortari y con Ernesto Zedillo Ponce de León, fue el mismo que siguió con los gobiernos de Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

¡El mismo grupo económico! Profundizando la marginación de el PRI en las decisiones políticas por el ejercicio de poder del grupo económico.

El PRI no tuvo la culpa. La culpa fue de los liderazgos en los gobiernos priístas, quienes ni siquiera tomaron en cuenta al instituto político al que “pertenecían” (del que se servían) en el diseño de las políticas económicas, y ahí, si hay una responsabilidad (por una disciplina e institucionalidad mal entendidas) del PRI que tenía que ver con su forma de construir el poder. Donde el presidente de la República y los gobernadores, sobretodo el primero ejercía el mandato en el diseño económico.

Otro de los graves errores fue la moda del marketing político y los publicistas en el año 2000. Con esto el PRI dejó de hacer política, la arrogancia de sus líderes que creyeron saberlo todo y la falta de entendimiento de lo que estaba pasando con el pueblo en una sociedad que evolucionaba les hizo sucumbir a la venta de espejitos subiéndose al marketing político, los publicistas y las casas encuestadoras.

De esta manera cambiaron la cercanía con los ciudadanos y la representación de sus causas por anuncios espectaculares y promocionales en la Radio y la Televisión. Convirtiendo la política en negocios que solo veían y escuchaban a los publicistas.

El resultado consultores que se hicieron millonarios a costa del desgajamiento de la política, malos gobiernos, y una sociedad que se aleja cada día más, porque sus necesidades, aspiraciones y causas, nada tienen que ver con la agenda de los políticos, los partidos políticos y la política.

En el 2018 el PRI cometió varios errores estratégicos que es necesario dimensionar:

1. Vincularse al PVEM, que una y otra vez ha demostrado ser un completo fraude al elector. Tan es así que a los ciudadanos que votaron por ellos y la alianza formada con el PRI en el proceso del 2018, sin el menor empacho después de pasada la elección sus dirigentes inmediatamente se fueron a hacer acuerdos con Morena, lo que representa más allá de la falta de respeto, un fraude a los electores que de ninguna manera votaron por Morena. Moraleja: fíjate con quien te juntas.

2. Se alió al PANAL, el partido que respondía a los intereses de la Maestra Elba Esther Gordillo, no a los intereses del país.

3. Omitió la evaluación de su competitividad en el 2015, para corregir los errores de la elección intermedia. Siguió con la imagen triunfalista de la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto en el 2012. Hasta que el propio grupo tecnócrata se rindió ante Andrés Manuel López Obrador ante el caos, por su incapacidad para resolver la política y entregaron el poder al margen del PRI convirtiéndolo en un bulto que obligaron a jugar alrededor de sus intereses.

4. Al margen del priísmo Peña Nieto aceptó que Luis Videgaray y Aurelio Nuño impusieran a Enrique Ochoa en la dirigencia del CEN del PRI. Un absoluto desconocedor del PRI y totalmente desvinculado de su historia, su esencia y su importancia en la coyuntura. Lo que generó el fenómeno que precipito el debilitamiento del partido.

5. Haber designado como candidato del PRI, que a pesar de ser un personaje honorable y talentoso, ¡No era priísta! Al contrario. Solo por el simple hecho de ser amigo de Luis Videgaray. Además de que en ningún momento aun cuando electoralmente estaba representando el registro y la candidatura del PRI, acepto afiliarse a ese Instituto político , lo cual representó una incongruencia y una afrenta para la militancia.

6. Haber designado como coordinador de la campaña presidencial a un personaje como Aurelio Nuño, quien ni siquiera sabía lo que era ganar una elección como jefe de grupo cuando estudio la secundaria.

7. El equipo de estrategia de José Antonio Meade estaba integrado exclusivamente por panistas como Alejandra Sota, Fernando Vázquez Rigada, Julio Di- Bella, puros panistas que llegaron al exceso de quitar sus colores al PRI, para poner un logotipo del que todo mundo se mofaba por la simbología que se asemejaba a la comida chatarra “Doritos”.

Particularmente estos últimos cuatro grandes errores son los que hacen pensar en una enorme traición de Enrique Peña Nieto a los priístas. Cuatro errores que por sus características no pueden ser solo producto de la estupidez política, y nos obliga a deducir prácticamente que desde el momento en que Luis Videgaray y Enrique Peña impulsaron el nombramiento de Enrique Ochoa a la presidencia del PRI, ya habían pactado con Andrés Manuel López Obrador la rendición del partido, para proteger sus intereses. Lo cual resulta mas evidente cuando a lo largo de cinco años de mañaneras de López Obrador, no toca ni con el pétalo de una rosa a Peña, Videgaray o Aurelio Nuño.

El final del ciclo es la rendición del PRI en el Estado de México a manos de Alfredo del Mazo, que al parecer se trata de una extensión del mismo acuerdo, completando con esto su tarea .

A pesar de todo esto cuando uno revisa en números los resultados del 2018, observamos que el PRI oscila ser entre la segunda y tercera fuerza política del país. En el 2021 está prácticamente empatado en el segundo lugar con el PAN, siendo el PRI, el único partido que al 2021, no tiene perdido perdido el registro en ningún estado.

Además de ser el único partido político con estructura real en todo el país, lo que esto signifique. Todos aquellos que aseguran que el PRI esta muerto y por lo tanto a punto de desaparecer, nos recuerdan aquella celebre frase de la obra Le Menteur (El Mentiroso) “…les gens que vous touez se portent assez bien” (…”los muertos que vos matais andan bastante bien”.

En todos estos años, a través de el camino fueron dejando de lado a la militancia, y el PRI abandonó sus áreas de estudio y de investigación como el IEPES. Dejaron de entender a la sociedad y reconocer la complejidad social que estaba creciendo. El IEPES y la Fundacion Colosio prácticamente fueron cerradas con candado.

El instituto de capacitación política no formo los cuadros que se necesitaban porque los mecanismos de acceso al poder con la llegada de la tecnocracia estaban siendo las universidades privadas. Los sectores, dejaron de ser vigentes.

Por un lado la CTM debido al anacronismo y corrupción de sus liderazgos . La CNC dejo de representar a los productores debido a la transformación tecnológica del campo y la acelerada urbanización de los territorios, además de la presión por desaparecer el ejido para colocar en el mercado las tierras propiedad de los campesinos, y la CNOP que nunca tuvo una clara definición de su compromiso con las clases medias tampoco participó en la transformación económica del país.

Derivado de un equivocado sentido popular, por eso no agrupó a la mayoría de los profesionales, investigadores, académicos y empresarios. En su lugar agrupaba principalmente boleros de calzado, voceadores, vendedores de billetes de lotería, trabajadores del estado y pequeños grupos que no eran los sectores dinámicos y participativos de la sociedad.

Tampoco consolido una organización fuerte de mujeres a pesar de que la tendencia de la presencia de las mujeres en la política era inevitable. Por otra parte en un mal entendido sentimiento de culpa tampoco convocaba a los jóvenes, y se comenzó a vaciar.

De esta manera los liderazgos oportunistas del PRI comenzaron a buscar otros horizontes pensando que el partido revolucionario desaparecería muy rápido. Sorpresa.

El PRI perdió el poder en el año 2000, sin embargo y a pesar de no haber hecho ninguna corrección respecto a las causas que lo llevaron a esa derrota, en el 2012 regresa brevemente con el gobierno de Peña, que en un exceso de frivolidad y arrogancia llego para proteger los intereses de los grupos económicos de comunicaciones que lo venían acompañando, sin plantear a lo largo de este periodo ningún proceso de cambio que le permitiera recuperar la calidad política de vinculación y representación con la sociedad que había caracterizado al priísmo. Ahí se perdieron la mayoría de los liderazgos del PRI.

Hoy, con todo y la debilidad del PRI provocada por sus pésimos liderazgos provenientes del oportunismo, arribismo y de la perdida de valores éticos de compromiso con las causas de servicio a la sociedad, es la segunda fuerza política del país.

El PRI se vació de liderazgos burocráticos, beneficiarios del ejercicio del poder, e incapaces para entender que a pesar de estos personajes que ha tenido que cargar, es el partido político más sólido. Porque ahora resulta que todos, incluyendo hoy hasta a el PAN, son malas copias del PRI.

Imagínense la absoluta falta de capacidad de entendimiento político de la coyuntura, las circunstancias y la evolución de quienes se han ido del PRI al PVEM, Movimiento Ciudadano y hasta a Morena, un movimiento-partido surgido de los caprichos de un personaje, donde se recogen los desperdicios de todos los partidos comenzando por los del PRD, del PAN y por supuesto también del PRI, para ser bendecidos y bautizados por un mesías como condición para formar parte de su secta, donde la corrupción sigue imperando, la diferencia es que ahora se viste color guinda.

Esto nos demuestra que en la profunda crisis del sistema partidista lo único que se salva es la militancia real del PRI, sus estructuras territoriales, su ideología, su disciplina, vocación ética, de servicio y los resultados históricos de sus militantes. Evidentemente esto no ha sido gracias a los personajes que lo han encabezado y dirigido en los últimos 50 años.

En mi siguiente artículo tratare con ustedes de visualizar el PRI del siglo XXI, como el partido que puede llevar a cabo su refundación. Siempre y cuando logre dar un giro de 180 grados en la recuperación de la confianza de la sociedad mexicana, para que ésta les permita conducirla.

Analizaremos cómo tendrá que hacerle para entender a los mexicanos, cómo formar nuevos cuadros capaces de conducir y organizar a la sociedad, cómo deberá cambiar su organización para representar las causas de la gente, que en esencia son las mismas causas de la Revolución Mexicana de justicia, de igualdad y de desarrollo.

Cómo tendrá que hacerle, para garantizar al refundarse ejercicios democráticos y participativos. Porque con los liderazgos que queden deberán prepararse con un programa vanguardista e innovador para que en el 2025 tomen la conducción de su refundación y hagan del PRI un partido representativo exitoso de el siglo XXI.

Porque a pesar de todo y de todos, el PRI es un partido político que pertenece a la militancia priísta, de ninguna manera a un solo dueño.

Y no es pregunta.

POR MARTHA GUTIÉRREZ

Vocal del Consejo Directivo Del Instituto de Política y Gobernanza, A. C.

@MarthaGtz

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