PERMANENCIA VOLUNTARIA

El poder de los deseos de Disney

El famoso estudio de Mickey Mouse nos ha acompañado durante 100 años y ha pasado de generación en generación

OPINIÓN

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Créditos: Especial

Se cumplen 100 años desde que la empresa Disney comenzó a contagiarnos con su magia, razón por la cual la casa del señor Walt decidió celebrarlo con Wish, una historia que como su título lo dice, gira alrededor de los deseos, la principal premisa de esta empresa que ha tocado tantas vidas. Pero ¿Será que cumple con las expectativas y esta celebración tan grande e importante? Pasen a leer.

Fue en 1923 cuando un señor de nombre Walter Elias a los 21 años de edad fundó Disney Animation Studios, el lugar que daría vida a cientos de personajes e historias que marcarían a tantas personas en el mundo. La mía no es la excepción. Estoy segura que si les pregunto alguna anécdota alrededor de una película de Disney, todos tendrán al menos dos o tres, puesto que el famoso estudio de Mickey Mouse nos ha acompañado durante 100 años y ha pasado de generación en generación. Al menos yo crecí así, con ese ejemplo, con esos sueños. Y a eso fue a lo que apostaron con Wish: El poder de los deseos, una cinta que además es producida por el mexicano Juan Pablo Reyes, un ingeniero industrial de Guadalajara, Jalisco, quien con su ingreso a Disney Animation Studios cumplió uno de sus deseos de pequeño: “Yo era el niño de 5 años que me preguntaban que qué quería hacer y yo decía quiero trabajar en Disney y yo dibujaba y hacía todo eso sin saber qué significaba en realidad, pero como sucede en la película y como sucede en la vida real guardas el deseo en un rincón y lo olvidas, ¿no? Entonces no pasó hasta mucho después que me reencontré con ese deseo y lo acepté como mío y lo pude proclamar y luego ir y arriesgarte. Tienes que aventarte al vacío y ver lo que sucede y aceptar la derrota muchas veces hasta que logres lo que quieras”.

La historia de Wish, sigue a Asha, una joven que vive en el reino de Rosas, en donde el rey Magnífico promete resguardar los deseos de la gente para después ayudarles a cumplirlos, pero lo que los pobladores no saben es que, al contarles sus deseos a este malévolo personaje, en ese momento se olvidan de ellos. Es por eso que Asha junto con sus amigos Valentino y Estrella, se enrolan en un viaje para ayudar a la gente a recuperar sus deseos y derrocar al villano. Obviamente la historia tiene una descripción mucho más amplia, pero no la haré para no arruinarles la experiencia, puesto que además de esta historia, otras más se cuentan en paralelo y con guiños muy finos se hace un homenaje hermoso a los 100 años de Disney.

A mí me encantó que de entre todas las historias que se podían contar se escogieran los deseos como premisa principal. Porque de ahí partimos para todo. Desear algo con todas nuestras fuerzas y trabajar todos los días para cumplirlo. Esta dualidad entre buscar la espiritualidad en cada uno de nosotros y creer que hay algo más grande allá afuera que nos ayudará con esos deseos tan grandes (como la estrella a la que le pedimos el deseo) y la parte mucho más tangible y real en la que te levantas todos los días a echarle ganas a la vida para conseguir lo que quieres. Eso se ve reflejado en esta historia que te invita a soñar y que apela a la nostalgia con estos recuerdos de las películas que nos han acompañado desde siempre. El productor Juan Pablo Reyes también pidió sus propios deseos desde pequeño: “Yo sí pido deseos, o sea las estrellas yo sí soy esa persona este y pues es este es algo que te tienes que pellizcar todos los días cada que entro al edificio que es precioso, que, aunque también tienes que trabajar y a veces las cosas no son tan fáciles, es recordarte dónde estás y lo que estás haciendo y que lo que estás haciendo es algo que amas y sí, mi niño interno está brincando”.

Un deseo así de grande fue el que pidió la cantante y actriz María León, quien le da voz a Asha  en la versión para Latinoamérica, un reto importante para la también jalisciense quien siempre soñó con una oportunidad como esta sobre todo para reconocer a esa niña interior que fue bulleada de pequeña: “¿Sabes qué? Pareciera que no, pero ¿Cuántos casos de bullying no hemos visto que han terminado peor?. O sea, la verdad es que tengo unos padres muy sabios que de pronto todos los acercamientos a hacerme sentir mejor tenían que ver con el arte, a Frida Kahlo, las princesas de Disney. Como yo era muy gordita, no podía hacer Cenicienta pero era Gus Gus, el ratón o era el pingüino. Pero yo estaba tan contenta porque era parte de la historia de las princesas y en algún momento dije ya no me va a tocar, ya tengo 37 años, o sea ya una princesa joven, no me va a tocar, entonces cuando viene esta oportunidad aparte de de decir estoy aquí siendo una princesa en un castillo, aparte de eso es un nuevo voto de fe que me hace volver a creer en mí, me da confianza”.

Por ahí he leído algunas críticas que apuntan a que la cinta se queda corta para la celebración de 100 años. En serio yo me pregunto: ¿Y entonces cuál hubiera sido la historia adecuada para tan importante festejo? Para mí la película no peca de pretenciosa, ni exagerada. Creo que regresaron a los básicos para contar algo que nos remonta a las clásicas historias de Disney como La Cenicienta, La Bella Durmiente, Blancanieves y sus animalitos del bosque, Bambi y tantas más. Independientemente de las referencias que se hacen a estos filmes, la esencia de Disney está ahí y esos números musicales muy al estilo de películas más contemporáneas como Frozen o Encanto, le da el toque de modernidad que la historia también requería para enviar un mensaje sobre hacia dónde va el estudio y me encanta. Por lo menos a mí me hizo soñar, emocionarme y salir con ganas de comerme el mundo. A mi sobrina de 7 años y mi hijo de 4 se les llenaron los ojos de lágrimas y salieron muy optimistas. Por Dios, con tantas cosas espantosas que están ocurriendo en el mundo, gracias por regalarnos una película que nos invita a soñar, a desear, a confiar, pero sobre todo que impulsa a nuestras infancias a salir y comerse el mundo sin darles un mensaje equivocado de que un hada madrina vendrá a cumplir sus sueños y que cuando trabajas en equipo todo funciona mejor. Con eso me quedo y aplaudo el esfuerzo de Disney por celebrar de esta manera 100 años de magia. Gracias Walt, en donde quiera que estés, espero que estes sonriendo porque tu sueño se ha cumplido.