Esta semana inició la precampaña, aunque no todos la empezaron igual. Claudia Sheinbaum arranca como favorita indiscutible y la mayoría de sondeos apuntan a una paliza histórica en 2024.
El saldo que deja el proceso interno de Morena resulta positivo. Las tensiones internas, aunque persisten, parecen languidecer y la Doctora inicia su precandidatura con una sólida proyección nacional.
El discurso que pronunció Sheinbaum durante su registro como precandidata única nos mostró a una mujer que conoce el país y está convencida de sus propuestas. El desafío para ella parece ser ir preparando los equipos y la trama política y social que le permita hacer realidad su proyecto.
Caso contrario es el de Xóchitl Gálvez que, al parecer, no es el diamante en bruto que muchos creyeron haber encontrado. No es por hacer leña del árbol caído, pero su incapacidad para completar un discurso sin ayuda del telepromter es algo que sorprende en una política con una trayectoria como la suya.
Además, en contraste con lo que sucede en la coalición oficialista, la selección de candidaturas en el Frente por México ha dejado un saldo negativo, con la renuncia de Adrián Ruvalcaba al PRI como última manifestación de las tensiones en la Ciudad de México. No es menor que un distrito como Cuajimalpa ahora juegue para el otro lado.
El tercero en cuestión es el regio Samuel García. Después de mucha especulación por la candidatura de MC, por fin se decidió por el ex gobernador, que llega a esta cita con un modelo de campaña exitoso en Nuevo León. Ya desde su registro nos advirtió que intentará hacer más divertida la campaña y su juventud es algo que puede aprovechar.
Y cuidado con que no se junten el hambre con las ganas de comer, porque el votante anti 4T tal vez termine encontrando en Samuel lo que no está encontrando en Gálvez.
El enfrentamiento de Samuel García con el PRI de Nuevo León puede ser un gran activo en la contienda electoral. Y es que el PRI es un auténtico espantapájaros electoral. Simplemente no hay marca más desprestigiada en el país que el sello tricolor.
No hay que olvidar que en 2018 uno de los grandes factores en aquella elección fue el hartazgo de la sociedad con la corrupción generalizada y que llegó a su clímax en el gobierno de Peña Nieto.
De cara a 2024 la honestidad sigue siendo uno de los grandes diferenciadores de Morena. Y la presencia de alias Alito en la campaña de Gálvez parece más un ancla que una plataforma de despegue, por lo que mantenerse a distancia del PRIAN parece una jugada redituable.
Es todavía una posibilidad remota, pero como el mundo es de los audaces, tengo en curso una apuesta sobre quién ocupará el segundo sitio. Desde mi punto de vista, Samuel García puede dar la estocada final al viejo régimen y sus tres partidos insignia.
POR ADRIÁN VELÁZQUEZ
PAL