COLUMNA INVITADA

Hay que cambiar la narrativa en comercio exterior…Y rápido

La XXIX edición del Congreso del Comercio Exterior Mexicano del COMCE

OPINIÓN

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Itziar Gómez / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La XXIX edición del Congreso del Comercio Exterior Mexicano del COMCE, evento estratégico para quienes estamos en el ámbito de los negocios internacionales, resaltó la resiliente marcha de México hacia una era de innovación, donde la electromovilidad jugará un papel importante, y de integración regional, donde el T-MEC jugará un papel cada vez más importante.

Destaco en las siguientes líneas algunas ideas clave compartidas por la Canciller Alicia Bárcena; Don Valentín, Presidente Nacional del COMCE; y Francisco González, Presidente Ejecutivo de la Industria Nacional de Autopartes, los cuales proporcionan una hoja de ruta para el futuro del comercio exterior de México.

La Canciller Alicia Bárcena ha puesto en relieve una verdad irrefutable: el comercio exterior es el motor que impulsa la economía mexicana. Desde la década de los 80, su contribución al PIB ha pasado del 20% al 85%, reflejando un cambio transformador en la estructura económica del país.

Este crecimiento no es solo un reflejo de cifras macroeconómicas, sino el resultado de un tejido empresarial que ha sabido adaptarse, innovar y competir a nivel global. La generación de empleo y el desarrollo que han venido de la mano de esta expansión son la mejor prueba de la vitalidad de nuestro comercio internacional.

El concepto de nearshoring cobró especial relevancia en el mensaje de la Canciller. Con el cambio en las dinámicas de inversión global, México es un destino atractivo para empresas que buscan no solo la proximidad geográfica con Estados Unidos, sino también la eficiencia de costos y una cadena de suministro confiable. Este fenómeno no es solo una oportunidad, es un llamado a la acción para fortalecer nuestras capacidades productivas y de infraestructura; en especial la hídrica y la energética.

La competencia por la relocalización de empresas no es exclusiva de México; es una carrera donde Vietnam y nuestro vecino del norte juegan un papel destacado. Por ello, la estrategia no puede ser pasiva: debemos buscar una integración productiva más profunda con Norteamérica. La meta es clara: México debe posicionarse como un productor de insumos estratégicos, como los semiconductores, esenciales en la cadena de valor global.

En este contexto, la electromovilidad representa una oportunidad sin precedentes. Los próximos cinco años podrían ver inversiones superiores a los 15 mil millones de dólares en el sector automotriz y de autopartes. Para ello, es crucial la integración de la cadena industrial de baterías y semiconductores. Europa, con su Global Gateway, puede jugar un papel crucial en la materialización de estos proyectos.

No obstante, un desafío persiste: la concentración de nuestras exportaciones. Con el 90% dirigido a solo cinco países y concentrado en unos pocos sectores, la diversificación es más que una opción; es una necesidad. Deben surgir nuevos paradigmas donde más empresas, especialmente las pequeñas y medianas, participen activamente en el comercio exterior.

Asimismo, subrayó la urgencia de mejorar la infraestructura fronteriza y de construir relaciones diplomáticas sólidas que superen las retóricas pasadas y abran paso a un México más competitivo y estratégico a nivel global.

La Canciller abordó que “hay que cambiar la narrativa…Y hay que cambiarla rápido. Eso es algo que sé que nos toca a nosotros, para que Trump no siga considerando que nuestra frontera es la más peligrosa del mundo, sino que podamos realmente transformar esta dinámica”.

La Canciller nos ha dado una visión y una estrategia, pero el éxito depende de la colaboración entre el gobierno y el sector privado. Solo así podremos aprovechar las oportunidades de una economía global en constante cambio; y asegurar que nuestro país no solo participe, sino que lidere en la nueva ola de innovación y desarrollo económico.

Don Valentín Diez Morodo, con su perspectiva de liderazgo empresarial, celebró la notable recuperación pospandemia del sector, destacando el crecimiento del 19% y 17% en las tasas de exportación para los años 2021 y 2022, respectivamente. Su mensaje fue claro: México, como el duodécimo exportador mundial, está aprovechando la innovación para reforzar sectores críticos como la industria automotriz y la eficiencia energética. Lo más significativo fue su llamado a la acción para maximizar la producción transfronteriza compartida, aprovechando el T-MEC.

Francisco González puso en relieve la potencia de la industria nacional de autopartes, una industria que ha superado a gigantes globales y que se ha establecido como un motor crucial de la economía mexicana. Su participación subrayó la importancia de la innovación en el sector automotriz, especialmente en el contexto de la electromovilidad, resaltando un crecimiento anual de 18% en el sector.

El COMCE de este año dejó en claro que el comercio exterior mexicano no solo se ha recuperado, sino que está en una posición fuerte para abordar los desafíos futuros. La integración de estrategias sustentables, la adopción de nuevas tecnologías y una sólida infraestructura son los pilares de la próxima fase de crecimiento. La cooperación internacional, la diplomacia económica y una mayor inclusión, en particular el empoderamiento de las mujeres en el comercio exterior, serán fundamentales para este camino hacia adelante.

Un gesto importante en este sentido fue el nombramiento de Susana Duque Roquero como Directora General de la institución. Susana, a quien tengo la fortuna de conocer y reconocer como amiga, cuenta con más de 20 años de experiencia en el sector público y privado.

Es especialista en negocios internacionales, relaciones gubernamentales y promoción de México en el mundo. Fungió como Directora General del Consejo Nacional de la Industria Manufacturera y Maquiladora de Exportación (INDEX) y Coordinadora General de Asesores de ProMéxico, entre otros cargos.

El mensaje unificado de las y los líderes reunidos en esta edición del Congreso del COMCE fue una combinación de optimismo y realismo. Fue un recordatorio de que, aunque hay desafíos significativos, existen también oportunidades inmensas. Si México puede capitalizar estos momentos de cambio, posicionarse estratégicamente en la cadena de suministro global y fomentar un ambiente de negocios inclusivo y sustentable, su futuro en el escenario mundial es muy prometedor.

En un mundo cambiante, la adaptabilidad, la visión y la acción colectiva no son solo deseables, sino esenciales. Con unión y visión estratégica, podemos transformar los desafíos actuales en los éxitos del futuro.

Decía el filósofo chino Sun Tzu que "las oportunidades se multiplican a medida que se aprovechan". Y México está dispuesto a aprovechar las oportunidades y estar a la altura del desafío.

Por Itziar Gómez Jiménez

Directora de Agencia de Comunicación Plasmar

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