MALOS MODOS

Rectifique, alcalde Rubalcava

Defenestrado el compañero Omar, esta ciudad necesita encontrar urgentemente un galanazo que dirija sus destinos: un tanque de testosterona, un homenaje al modelo tradicional de belleza masculina

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En esta ocasión, excepcionalmente, el doctor Patán, que ha adquirido una barbaridad de experiencia política en el sexenio glorioso del Segundo Presidente Más Popular del Mundo y quiere compartirla para bien de la patria, se va a permitir un llamado a un líder que no pertenece a la Cuarta Transformación de la Vida Pública, o no formalmente, o no todavía. Me refiero al alcalde Rubalcava, al que, supongo, podemos llamar ya compañero Adrián.

Compañero: rectifique. Se lo sugiero, incluso se lo suplico, desde los principios de la fraternidad universal y por esa causa común que es el bien de México y la gloria de la patria. Me refiero a que, la verdad, sí se vio muy raro lo de decir en X, o sea tuitear, o como se diga, lo de que los legisladores locales afines a su apreciable persona iban a votar por la permanencia de Ernestina Godoy en la fiscalía por, cito, “la traición”. 

Entiendo, compañero, que, luego de tantos años de bendecir a la alcaldía Cuajimalpa con su dedicación y su talento, quiera compartir dichas bendiciones con todos los chilangos y convertirse en jefe de Gobierno. 

Entiendo también y comparto que, defenestrado el compañero Omar, esta ciudad necesita encontrar urgentemente un galanazo que dirija sus destinos: un tanque de testosterona, un homenaje al modelo tradicional de belleza masculina. 

Yo mismo, si me permite decirlo con franqueza, estaría dispuesto a asumir esa responsabilidad si la patria lo requiere, como un paso previo a la Presidencia en 2030. 

Sin embargo, compañero, el argumento sí deja ver un poso de encabronamiento, un je ne sais quai de rencor, que no lo favorece. 

Sobre todo, mi Adrián –espero que no le ofenda la confianza–, está usted desperdiciando sus mejores armas. Estaba fácil, hombre. 

Bastaba con presentarse en la sede del PRI, insistir respetuosa y seductoramente en que se le nombrara candidato a conducir la chilanguidad, con esa belleza interior que ya señaló mi Sandra, y, ante la probable negativa, aplicar el plan B: dejar el saco sobre la silla, arrancarse la camisa y dejar a la vista esos bíceps, esos pectorales, ese abdomen de six pack, chance con la corbata todavía alrededor del cuello. 

Los hubiera derretido, compañero. Ni Alito Moreno se resiste a eso.

Aquí su seguro amigo, el doctor Patán, intentó aplicarlo hace unos días. Entré, decidido, a la oficina de nuestro jefe en El Heraldo, dije “Me voy a marcar un Rubalcava”, me arranqué la casaca del Cruz Azul y, firme, dije: “Franco, merezco un mes de aguinaldo”. 

No funcionó. Como dije antes, la combinación de acuaeróbics y fasting todavía no amarra. Digamos que tengo áreas de oportunidad con el tono muscular. Su caso, compañero, es, en cambio, muy diferente. Sáquele provecho a esas horas en el gym. Deje atrás la rabia y deje salir a esa antorcha humana. ¡Llamas a mí!

POR JULIO PATÁN 

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

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