Este sábado se juega la final de la Copa Libertadores entre Fluminense, de Brasil, y Boca Juniors, de Argentina. El icónico Estadio de Maracaná será sede para el momento cúspide del certamen. La fiebre en Río de Janeiro está al máximo, será un duelo de ida y vuelta con dramatismo puro, y con unas tribunas abarrotadas alentando a sus equipos. Lo que está en juego es mucho, se tiene que dejar absolutamente todo, y un poco más, para reinar en América.
El Fluminense viene en un momento excepcional dentro de la copa. La escuadra de Fernando Diniz cuenta con piezas fundamentales en posiciones claves, que hacen que el funcionamiento en el campo sea atrevido y vistoso. Marcelo, Felipe Melo, Paulo Henrique Ganso y Germán Cano, están comandando a sus compañeros de manera fenomenal.,
Para llegar a la instancia final, los brasileños derrotaron en octavos a Argentinos Juniors, en cuartos a Olimpia, y en las semifinales al Inter de Porto Alegre. Este último fue un juegazo, el cuadro de Mano Menezes estuvo a 10 minutos de tener la oportunidad de disputar el título; sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, John Kennedy y Germán Cano le dieron el pase al Flu.
Del otro lado, Boca Juniors, con muchas dudas, poco gol y un rendimiento muy irregular, está merecidamente en la última fase del campeonato. Pese a las cuestionables decisiones tácticas de Jorge Almirón, durante la mayoría de los partidos, los jugadores nunca dejaron de pelear, de meter, de dar una pelota por perdida, y cuando no les alcanzaba en lo futbolístico, lo recompensaban con garra y esfuerzo. Lo hicieron en cada juego del torneo.
Los xeneizes vencieron al Nacional, en octavos; a Racing, en cuartos, y en semifinales a Palmeiras. El dato curioso, e impactante, es que los bosteros se impusieron en cada una de estas series, por medio de la tanda de penaltis.
Prácticamente todos los integrantes andan intratables, mostrando un amor por la camiseta espectacular. Sergio Romero, Luis Advíncula, Valentín Barco, Cristian Medina, Edinson Cavani, y el resto de los futbolistas buscan llevar la copa a Argentina.
Hay que mencionar la particularidad de la “localía” del equipo carioca, que jugará la final en su casa, el Maracaná. La Conmebol selecciona el estadio donde se albergará la final, previo al inicio del torneo, por lo que es totalmente circunstancial la situación de esta edición.
Estamos a tan sólo unas horas de que Wilmar Roldán haga el silbatazo inicial, y que se escriba una historia nueva en esta hermosa justa.
Fluminense buscará ganar su primera Copa Libertadores. En 2008, rozaron la gloria con aquel equipo comandado por Thiago Silva y Thiago Neves, que cayó en penaltis ante la Liga de Quito. Este fin de semana, tendrá una nueva posibilidad de levantarla.
Por si fuera poco, Boca querrá mandar en América por séptima ocasión en la historia. La ultima que los de azul y amarillo se llevaron el título fue en 2007, con aquella escuadra que lideraba Juan Román Riquelme, y que le dio un paseo a Gremio. Los hinchas xeneizes están locos, la Libertadores es su obsesión, ven el número siete en todos lados, y se espera que invadan Río de Janeiro.
El ambiente y la magia que se respira en este tipo de encuentros es singular. Cada edición tiene un capítulo nuevo que se queda grabado en los aficionados de este deporte. No se pueden olvidar jugadores, jugadas, partidos, finales y, sobre todo, a los campeones que han marcado historia. Es sencillamente como lo dicta el lema de la competición: “La Gloria Eterna”.
POR MARIANO TORRES
COLABORADOR
@MARIANOTORRESH
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