COLUMNA INVITADA

¡No tiene la menor importancia!

Arturo de Córdova impactó con su elegancia y porte distinguido al director ruso Arcady Boytler, quien le dio el estelar en Celos

OPINIÓN

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Rubén Martínez Cisneros / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Arturo García Rodríguez, nació el 7 de mayo de 1907, en Mérida, Yucatán; a los 12 años es enviado a Argentina para estudiar en el Colegio del Salvador, posteriormente ingresa al Instituto Calvin, en Suiza; a su regreso a Córdoba, Argentina, se desempeña como corresponsal de la agencia UP; en 1930 regresa a su tierra para trabajar en la radiodifusión peninsular; nos referimos al actor Arturo de Córdova.

Fue el periodista de El Universal Gráfico y Revistas de Revistas, Roberto Cantú Robert, quien le sugirió el nombre de Arturo de Córdova; en la CDMX en 1934 ingresa a la XEW, donde su voz se escuchó en las series radiales Quiero trabajar, Ricardo Lacroix y Apague la luz y escuche, de ahí que el vociferador (locutor) Pedro de Lille, lo bautizó con el nombre de El locutor de las Elegancias;.

El cronista Alberto Barranco Chavarría, expresa acerca del programa Apague la luz y escuche, “La voz grave, profunda, engolada dejó las frases con etiqueta de iconos. Del inolvidable programa radiofónico en convocatoria a la garganta seca y el sudor de las manos”.

Es en los pasillos de la XEW, donde conoce al director de cine Arcady Boytler, y de acuerdo a la revista Somos, el cineasta ruso “se impactó con su elegancia y porte distinguido, cualidades que le hicieron ver un futuro astro de la pantalla”, en 1935 filmó la película Celos.

El analista Juan Manuel Miranda, definió a Córdova como “un actor de carácter, es decir, un actor de papeles definidos: de galán joven -y posteriormente maduro. Su físico, vagamente romántico, lo hacía adecuado para interpretar a una especie de hombre predispuesto en los corazones enamorados de esas mujeres bajo el signo melodramático de la felicidad o la fatalidad…”.

Por su parte, el crítico de cine David Ramón, agrega en la revista antes citada, “Ante todo, habrá que destacar de su carrera cinematográfica, una característica muy singular: su muy pareja filmografía, pues Arturo de Córdova dio siempre toda su capacidad; en todos los papeles que tuvo, mostró calidad y entrega actoral, adornándolos además con su excepcional cinematográfica… ”.

El 23 de agosto de 1933, se casa con Enna Arana, para separarse de ella en 1960, el resto de su vida la pasó con la actriz Marga López, participó en alrededor de 100 películas, alternó con María Félix, Mapy Cortés, Joaquín Pardavé, Pedro Armendáriz, entre otros, acerca de El rebozo de Soledad, David Ramón, escribe: “Una de las películas más prestigiosas del cine mexicano, donde interpretó a un médico ejemplar en el medio rural mexicano”.

Falleció el 2 de noviembre de 1973, quien hizo célebre la frase ¡No tiene la menor importancia!

POR RUBÉN MARTÍNEZ CISNEROS

COLABORADOR

MAAZ