TRES EN RAYA

Y México, ¿qué pitos toca?

Fuera de ampliar los tiempos para “seguir buscando soluciones conjuntas por la vía legal que atemperen el fenómeno” y agradecerle al presidente estadounidense que no construya un muro fronterizo, no hubo mucho más

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¿Será que la participación de México fue primordial? Dicen que nunca se había logrado tanto en términos internacionales como lo conseguido en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC por sus siglas en inglés) celebrado estos pasados días en San Francisco.

¿Será que México fue el causante de que China y Estados Unidos volvieran a hablar, de que planearan hacia el futuro y de que reanudarán la comunicación militar de alto nivel? La tensión entre esas dos naciones era ya sin duda insostenible y en esta cumbre se logró no solo distender el ambiente, sino también llegar a acuerdos.

Pregunto lo anterior porque Joe Biden dijo: “Me complace anunciar que después de muchos años de estar suspendidas, estamos reiniciando la cooperación entre Estados Unidos y la República Popular China en temas antinarcóticos”. Aunque, es cierto, en el marco de esas pláticas en específico, en ningún momento mencionó a México. Tal vez fue mejor…

Los líderes norteamericano y chino acordaron establecer un grupo de trabajo antidrogas para cooperar en este tema. Alcanzaron un acuerdo para que el gobierno chino controle la salida de su territorio de los precursores químicos, materiales que son usados por los cárteles del narcotráfico en México para producir… sí, fentanilo.

De igual forma, Biden y Xi acordaron cooperación militar en la materia. Eso llevará un poco más de tiempo, pero no deja de ser una muestra inequívoca de que es necesario el trabajo en conjunto entre las naciones para que algo cambie.

Ya luego, tanto el tono en las reuniones bilaterales con México como el orden de los factores fue distinto, como es natural en esos eventos. Lo que sea de cada quien, Xi Jinping habló muy bien de Andrés Manuel López Obrador. Después de todo, México es el segundo socio comercial latinoamericano de China; el número uno en la región de Asia-Pacífico.

Olvidó decir, eso sí, que desde enero de 1999 hasta diciembre de 2022, México ha recibido más de dos mil 161 millones de dólares de inversión extranjera directa proveniente de China. Pero bueno, algo es algo... Se agradece que el gobierno no pusiera ceño fruncido por cuanto a este pequeño olvido, pues no nos caería nada mal la ayuda prometida por aquella nación tanto para aliviar la situación de Acapulco como la de otras regiones de Guerrero.

Y aunque López Obrador insiste que en nuestro país no se fabrica fentanilo, ocurre que la globalidad y el contrabando nunca había llegado tan lejos.

Afortunadamente la cooperación tampoco. Así, Xi Jinping y López Obrador establecieron un acuerdo para detener el tráfico de precursores químicos que llegan a territorio mexicano desde Asia. Le llaman Grupo de Trabajo México-China sobre Precursores Químicos y Cooperación Antinarcótica. Nuestro presidente lo disfrazó de “humanismo” y “solidaridad”, pero eso es mejor que nada.

Al paralelo, ante su homólogo de Estados Unidos, AMLO aseguró que su gobierno está sinceramente comprometido en la lucha contra “la entrada de fentanilo y otros químicos”, aunque no especificó si se refería la entrada a México o a Estados Unidos. En todo caso, está por verse si habrá mejoras en ese tema tan delicado para la salud y seguridad de la población estadounidense.

Pero no nos hagamos, tratar el tema de fentanilo fue solo una pequeña concesión de China hacia EU para poder dar pie a hablar de comercio y de cuestiones militares. Y también fue una concesión de México a la nación norteamericana para poder abordar un asunto que para la 4t es mucho más preocupante: la migración.

Y me temo que es ahí donde no podemos ser tan optimistas con el resultado de la reunión AMLO-Biden. Fuera de ampliar los tiempos para “seguir buscando soluciones conjuntas por la vía legal que atemperen el fenómeno” y agradecerle al presidente estadounidense que no construya un muro fronterizo, no hubo mucho más. ¿Nuevos y novedosos esquemas de fomento al empleo, de visas de trabajo, de atracción de inversiones? Nada concreto.

Los casi 40 millones de mexicanos viviendo y trabajando en Estados Unidos tendrán que esperar. Quizá en una siguiente reunión suceda algo que realmente signifique una diferencia; dicen que no hay quinto malo…

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

COLABORADORA

VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM

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