DR.ECHOS HUMANOS

Honestidad y capacidad, claves para gobernar en México

Más allá de los discursos, hay una serie de capacidades y valores a tomar en cuenta

OPINIÓN

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José Luis Ayoub / Dr.Echos Humanos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

Escuchamos al presidente Andrés Manuel López Obrador y a diversos funcionarios señalar una y otra vez que, para gobernar, sólo se requiere de un noventa por ciento de honestidad y un diez por ciento de experiencia o capacidad. No estoy tan de acuerdo, considero que ambas cualidades, además de otras, van de la mano.

Imagine usted que se rompe un hueso y tienen que operarlo en un quirófano, ¿a quién llamaría para la intervención quirúrgica? ¿a su vecino, que es muy honesto, pero que se dedica al comercio? ¿a un boxeador que pelea limpio, pero que se ha dedicado al deporte?

Seguramente su opción, para garantizar el mayor éxito de la operación, será a un cirujano traumatólogo y ortopedista. No puede dejar a la suerte de sólo la honestidad, el mejor funcionamiento y bienestar de su cuerpo.

Pues bien, considero que esta analogía la podemos trasladar a los partidos políticos, al momento de seleccionar candidatos y, al Poder Ejecutivo, cuando designa a los servidores públicos que administrarán el cuerpo del Estado.

Partiendo de la base de que estamos totalmente de acuerdo en que la honestidad, en ambas canchas, es un elemento fundamental, continuemos con el comentario del primer caso: cargos de elección popular.

Si bien, por ejemplo, nuestra Constitución Federal para los puestos en el legislativo, sólo establece requisitos de procedencia no cualitativos, como la ciudadanía, residencia o la edad, por considerar que su función es más de representar a la sociedad, al final, sí realizarán funciones de creación de leyes, en distintas ramas como la financiera, económica, seguridad, agropecuaria, etc., que requieren de alguna noción, por lo menos, de la estructura y funcionamiento de las Cámaras y de las carteras en las que participan.

Para el segundo caso: designación de servidores en la administración pública federal o estatal, la cosa se complica, ya que su función no es de representación popular, sino de ejecutar tareas específicas y técnicas, según las distintas Secretarías de Estado, amén, de que el gobierno, contrario a lo que muchos piensan, en sí mismo es una ciencia, con sus propias leyes y regulaciones, por lo que sí se requiere de capacidades y experiencia para estar ahí -aunque en ocasiones no se cumple, existe normatividad que así lo establece-. De esta forma, aceptar un cargo público sin la mínima preparación, también es un acto de deshonestidad.

Imaginemos ahora que logramos una nueva forma de hacer política y de gobernar, donde rompemos los estereotipos y paradigmas de lo público que venimos arrastrando por décadas y, más allá de la pose o del amiguismo, seleccionamos candidatos, candidatas y servidores públicos que, además de una honestidad probada, tengan las capacidades necesarias para intervenir a un paciente a quien la fórmula 90-10, lo está llevando al deterioro. México necesita candidatos y servidores públicos capaces y honestos.

¿Usted qué opina?

POR JOSÉ LUIS AYOUB

COLABORADOR

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@jlayoub

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