“Tienes que votar: vota, vota, vota. No hay más, es la manera como avanzamos.” Michelle Obama.
Aunque pareciera que las campañas para la sucesión presidencial comenzaron hace meses, hasta ahora se siente en el aire los tiempos de la carrera rumbo al 2 de junio de 2024. El tablero de la boleta para llegar a Palacio Nacional ya está completo. Por el partido oficialista, Morena y partidos coaligados (PT y Verde), será Claudia Sheinbaum; la contendiente por el Frente Amplio por México (FAM), conformado por PAN, PRI y PRD, será la senadora Xóchitl Gálvez y; por Movimiento Ciudadano será el actual gobernador (sin licencia aún), Samuel García (claro con todo y familia haciendo campaña).
Ahora bien, para llegar a este acomodo de la boleta electoral hubo quien ha tenido que comer sapos, otros que prefieren las lentejas y otros más se frotan las manos esperando los acomodos posteriores. Me explico. Para que Gálvez fuera la candidata del FAM se tuvieron que reunir los presidentes de los partidos en cuestión para elegir a una candidata disruptiva, que sirva para poner cara a Morena y quien al principio le hizo ver su suerte a López Obrador, sin embargo, de facto, la dejaron sola, sin estrategia, sin estructuras partidistas, sin compañeros que salgan a defenderla cuando comete errores y, además, lidiar con esos mismos presidentes de partidos, mismos que distan mucho de ser liderazgos indiscutibles.
Para Movimiento Ciudadano el camino fue tortuoso y lento, incluso lo sigue siendo. Fuimos testigos de la pelea sostenida entre Dante Delgado, dueño, coordinador, líder y demás calificativos de MC con Enrique Alfaro, gobernador y líder del grupo Jalisco, el cual le permitió a MC crecer hasta el tamaño que lo conocemos hoy, pero quien al final dobló las manos. Lo esencial del pleito consistió en que el partido naranja fuera parte del FAM o competir solo, en que Marcelo Ebrard fuera su abanderado o no (como sabemos que ya sucedió) y en autonomía para elegir sus cartas en Jalisco. Al final será Samuel García (Mariana y Mariel en redes), en el estado de Alfaro será un candidato más afín a Delgado y obtendrán su 15 % en la presidencial y quizá un par de curules más de las que cuentan en la actualidad.
En Morena, quien al día de hoy cuenta con la preferencia del electorado, según todas las encuestas, también se puso bueno. No en la elección de la candidata Sheinbaum, sino en todas las posiciones que están en juego. La madrugada del sábado vimos un performance sui generis en la política mexicana, pues en sus famosas encuestas para elegir abanderados en las 9 entidades federativas en disputa, los ganadores no representarán a sus estados, solo en Veracruz y Morelos respetaron la decisión “del pueblo bueno”. Ante tal decisión y descontento al interior de Morena, habrá que ver cómo se realizará la operación cicatriz y si sale fortalecido o debilitado el partido o la misma Claudia Sheinbaum de cara a campañas en todo el territorio nacional.
Aún falta la conformación de las y los candidatos para el Senado y la Cámara de Diputados, posiciones con alto valor democrático, pero que desde la lente electoral (sobre todo por el partido oficial) ahora son vistos como premios de consolación para los perdedores de otras contiendas y, ahora sí, el entramado para las elecciones de 2024 estarán listas. Luego entonces, desde la ciudadanía tendremos que estar vigilantes para votar a las candidatas y candidatos con las mejores propuestas y planes de gobierno. Lo que es claro es que ya huele a elecciones.
POR ADRIANA SARUR
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