TIERRA DE NEGOCIOS

Autosuficiencia alimentaria, cambio climático y abasto

En un análisis costo-beneficio con visión positiva para lo colectivo, resulta pertinente importar

OPINIÓN

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Mariana Otero-Briz / Tierra de Negocios / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

¿Importar es bueno o malo? Depende. Hay países que han decidido adquirir sus alimentos en el exterior porque les representa compra de recursos que no tienen, como agua y suelo, indispensables para la agricultura. Se trata de una decisión inteligente porque no comprometen sus recursos sobre los cuales basan su competitividad, diseñando esquemas de proveeduría que aseguren el abasto.

En un análisis costo-beneficio con visión positiva para lo colectivo, es pertinente importar. México así lo ha hecho. El año pasado, en septiembre cuando la inflación subió a 8.7 por ciento anual, el gobierno federal liberó de aranceles compras al exterior de maíz, arroz, naranja, entre otros. 

Por otra parte, recientemente supimos la decisión de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de no autorizar el trasvase del líquido de la presa “El Cuchillo”, en Nuevo León, a la “Marte R. Gómez”, en Tamaulipas. El argumento fue que, para garantizar el derecho al agua, el volumen de “El Cuchillo” será destinado para uso público urbano de la Zona Metropolitana de Monterrey.

Con esa agua, según el convenio firmado en 1996 entre ambos estados, se riegan alrededor de 70 mil hectáreas en los municipios del norte tamaulipeco, por lo que se dejarán de producir 300 mil toneladas de maíz forrajero y 200 mil de sorgo. Esto representa un menor volumen disponible, sobre todo para la industria pecuaria. ¿Y qué hará este sector? Se lo adelantamos a uno que otro analista bisoño con tufo setentero:

  • Evidentemente buscarán importar los insumos para no afectar su producción. 

Más que escandalizarnos sobre el incremento de las importaciones, es importante destacar que, en la mayoría de los productos del sector primario hay autosuficiencia, como en el maíz blanco para consumo humano, está garantizado el abasto interno e, incluso, sus volúmenes permiten cumplir compromisos externos. 

Así que, al analizar con detalle, si importamos maíz amarillo para el sector industrial, capitalizamos subsidios y agua de países a los cuales compramos y, con esto, abonamos a la autosuficiencia en materia de leche y carne, mientras garantizamos el abasto y asequibilidad de productos de la canasta básica.

El presidente Andrés Manuel López Obrador pidió esta semana a productores de Sinaloa que dejaran de sembrar maíz (lo que para muchos es un escándalo, bajo la premisa de que “sin maíz no hay país”) para que siembren frijol, cultivo que requiere menor agua. 

Menuda tarea tiene el secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Villalobos Arámbula, pues por un lado debe garantizar autosuficiencia alimentaria y, por otro, conseguir que se adapte la agricultura a las condiciones de recurrente sequía o catástrofes.

Las herramientas para esta tarea son inversión en tecnología y fortalecimiento de organismos como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP).

POR MARIANA OTERO BRIZ

@BRIZCOCHO 

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