COLUMNA INVITADA

La vida interna de Morena sigue fortaleciendo la 4T

El proyecto de la Cuarta Transformación, que es precisamente la profundización de la vida democrática de México, implica comprometer las aspiraciones legítimas de todos y todas en bien del proyecto mayor: la revolución pacífica que encabeza el presidente López Obrador

OPINIÓN

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José Narro Céspedes / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El proceso interno de la selección de los perfiles que conducirán a la coalición Juntos Haremos Historia en los estados que competirán por elecciones gubernaturas este 2024 no estuvo exento de tensión y sorpresa. Los estados de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Tabasco, Puebla, Jalisco, Veracruz, así como la Ciudad de México ya tienen Coordinadoras y Coordinadores de los Comités de Defensa de las Cuarta Transformación.

Siempre habrá descontentos. A ningún liderazgo político le gusta perder, y ciertamente la composición diversa de Morena en el país hace que existan grupos de militantes que no estén de acuerdo con uno u otro perfil. La democracia, no obstante, implica saber ganar y saber perder. 

Por otro lado, el proyecto de la Cuarta Transformación, que es precisamente la profundización de la vida democrática de México, implica comprometer las aspiraciones legítimas de todos y todas en bien del proyecto mayor: la revolución pacífica que encabeza el presidente López Obrador.

Otra de las lecciones que aprendimos en este proceso es la importancia de respetar no solamente la decisión popular, vertida en las encuestas o las urnas, sino los criterios de paridad de género, que están diseñados para emparejar el piso entre las aspirantes mujeres, que han venido remontando una estructura de desigualdad e inequidad no solamente en lo político, sino también en todas las áreas de la vida pública y privada.

A pesar de que los medios nacionales han buscado usar la coyuntura, especialmente en la Ciudad de México, el movimiento lopezobradorista ha salido muy fortalecido. Es francamente tragicómico ver cómo la opinocracia del régimen moribundo buscó crear narrativas sobre que Claudia Sheinbaum impondría a tal perfil en lugar de este otro. Y cuando sus narrativas no se emparejaban con la realidad, entonces era AMLO quien se había impuesto sobre la Coordinadora Nacional.

Ni uno ni otro. La verdad es que estamos viviendo tiempos inéditos en que Morena, como partido hegemónico en el sistema electoral mexicano, decide usar su inmenso arrastre y poder para transparentar en tiempo real los procesos de selección de sus precandidaturas. Esto no lo hemos visto ni en el PAN ni en el PRI nunca, ni siendo gobierno ni siendo oposición.

Por otro lado, me da gusto que el compañero Marcelo Ebrard haya decidido volver a apoyar en Morena los esfuerzos de la Cuarta Transformación. Quizá tardó un poco más de lo que nos habría gustado, pero el excanciller y segundo lugar en las preferencias durante el proceso de selección interno de Morena dio un paso adelante para anteponer  la lucha política y social de México a sus aspiraciones presidenciales.

Nadie en este proceso sobra. A pesar de que muchos en el partido o el movimiento podrán reprocharle a Marcelo que tomó algo de tiempo en aceptar el resultado del proceso interno, y el liderazgo indiscutible de Claudia Sheinbaum. También es cierto que como funcionario de la Cuarta Transformación ha puesto todo su talento, que es mucho, en defender los principios de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, y la solidaridad internacional, principios vitales para cualquier proceso de transformación en el mundo.

Por José Narro Céspedes

Colaborador

@NarroJose

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