En el mundo de la Inteligencia Artificial (IA), el reloj pasó de avanzar a velocidad acelerada a una velocidad cuántica. Las últimas tres semanas han atestiguado eventos que marcan un antes y un después en la evolución de esta tecnología. Estamos viviendo un momento histórico, el panorama global experimenta un cambio significativo.
La Orden Ejecutiva sobre el desarrollo y uso seguro y confiable de la IA, fue firmada por el presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris. Establece principios y directrices clave para el desarrollo y uso de la IA en EE.UU. Destacando la importancia de normas de seguridad, protección de la privacidad, y consideración de impactos en desigualdades y derechos civiles, la orden también enfatiza la protección de consumidores y trabajadores, la promoción de innovación, investigación ética y colaboración internacional para establecer normas globales en la IA.
Un día después, los líderes del G7 establecieron principios clave para el desarrollo y uso ético de la IA, centrados en el ser humano y la confianza. Los principios de Hiroshima incluyen transparencia, responsabilidad, inclusión, confiabilidad, imparcialidad y supervisión efectiva. También busca acelerar la innovación, la cooperación internacional y la aplicación de la IA para abordar desafíos globales. Este compromiso refleja una visión integral hacia un desarrollo ético y sostenible de la inteligencia artificial.
Sobre la Declaración de Bletchley, en Reino Unido, fue firmada por 28 naciones. La declaración reafirma el compromiso de los países y organizaciones participantes de desarrollar, desplegar y utilizar la IA de forma segura, centrada en el ser humano, confiable y responsable. Hace hincapié en la cooperación internacional y la mejora continua en el desarrollo y uso de la IA.
La Cumbre Ministerial y de Altas Autoridades de América Latina y el Caribe sobre ética de la Inteligencia Artificial en Santiago de Chile, organizada por el gobierno de Chile, la UNESCO y CAF, reunió a representantes de 30 países para firmar la Declaración de Santiago. En ella, 20 naciones se comprometieron a seguir principios éticos para la IA, incluyendo el respeto a la Carta de la ONU y los derechos humanos, respaldando la Ética de la IA de la UNESCO. Además, acordaron promover el acceso universal a la tecnología, diseñar políticas éticas y colaborar regional e internacionalmente para fortalecer la gobernanza y la calidad de datos.
En este corto tiempo, el mundo ha sido testigo de una convergencia de visiones, regulaciones y compromisos que prometen moldear el futuro de la Inteligencia Artificial a nivel mundial.
Lo que une a estas iniciativas es el enfoque compartido en principios éticos fundamentales, tales como la transparencia, responsabilidad, inclusión, confiabilidad e imparcialidad. La consideración de impactos en desigualdades y derechos civiles, la protección de la privacidad y la seguridad, así como la colaboración internacional, son temas recurrentes que subrayan la importancia de un enfoque holístico.
En un momento en que la comunidad internacional está forjando un camino ético y sostenible para la IA, la participación activa de México se vuelve esencial.
El país tiene la responsabilidad de ser parte de estas conversaciones, así como de liderar el bloque del Sur Global para elaborar políticas regionales que se conecten de manera internacional y guíen el desarrollo y uso de la IA. Desde la Alianza Nacional de Inteligencia Artificial hemos abierto la conversación a todos los niveles de gobierno, iniciativa privada, organismos autónomos e internacionales, sociedad civil y academia para trabajar en una propuesta de estrategia país que trascienda sexenios.
POR ALEJANDRA LAGUNES
SENADORA
@ALELAGUNES
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