Conmemoramos 202 años del establecimiento del Servicio Exterior Mexicano, justo es reconocer la trayectoria profesional y de vida de las y los diplomáticos de carrera y sus familias que les acompañan en esta travesía.
La diplomacia, ente en constante transformación, requiere enmiendas, adaptaciones y sobre todo, presupuesto. Ambiciosos proyectos de reforma han producido en el SEM, lo mismo la consolidación de un riguroso proceso de ingreso, que un demandante sistema de exámenes de ascenso en cada rango.
Hay un reto de fondo para el Servicio Exterior; en un país inmenso, de extensos litorales y gran demografía, la visión global está ausente en muchos sectores de la vida nacional. Es necesario que la sociedad a la que servimos y representamos conozca la dimensión de la presencia de México en el mundo, la responsabilidad de ello y las oportunidades que supone.
Hablar de la diplomacia alimenta la percepción de terceros acerca de privilegios y cómoda lejanía. Pero nuestra política exterior recae en el trabajo de todas y todos sus diplomáticos y los y las empleadas locales en todo el mundo. Por ello importa que se comprenda la acción internacional de su diplomacia y de ese millar, apenas, de mexicanos que internacionalizan sus intercambios económicos, académicos y culturales.
Necesitamos consolidar el desarrollo familiar que va aparejado con esta carrera y lograr un incremento sustancial en el número de mujeres en el SEM, ofreciendo certidumbre y estabilidad a la vida familiar. Cuando la ASEM pugna por prestaciones como lo plasmado en la reforma de 2018, lo hace desde una óptica integral de profesión y familia. De la mano, sin duda la inclusión y la diversidad de todo tipo que refleja a la sociedad mexicana y sus transformaciones.
La inversión institucional y personal en la formación de recursos humanos de alta calidad, deriva en un profesionalismo cuyo desempeño se reconoce como lo hacen las palabras del doctor Porfirio Lango luego del rescate en Gaza, de su hija, la también doctora Barbara Lango: “gracias, gracias a los mejores diplomáticos”. Y sí, nuestros diplomáticos promueven y defienden los intereses nacionales con decisión y conocimiento.
La frase de Genaro Estrada refiriendo al Servicio Exterior como “la primera trinchera de la defensa de la soberanía nacional” es un hecho que se refrenda a diario y lo hace la diplomacia con la palabra, la razón y el derecho. Conmemoramos una fecha para reconocer a ellas, a ellos y a sus familias por su compromiso y dedicación para con México, razón de ser del Servicio Exterior.
POR ASOCIACIÓN DEL SERVICIO EXTERIOR MEXICANO A.C.
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