La cohesión en Morena ha resultado más complicada de lo que originalmente se había proyectado y las condiciones para el anuncio de los abanderados para las ocho gobernaturas y el gobierno de la Ciudad de México, son la evidencia más clara y reciente de los enconos internos.
No sobra decir que Morena fue consturido como una plataforma para postular a Andrés Manuel López Obrador en 2018 y que para ello echó mano de alianzas pragmáticas con grupos políticos locales. Resuenan aun sus palabras el tercer día de campaña, en Gómez Palacio Durango: Que vengan de todos los partidos, nos ayuden a ganar y regresen a sus partidos de origen si quieren.
Pero a excepción de Lilly Téllez y Germán Martínez Cázares, pocos fueron los que dejaron un barco ganador de elecciones que por momento parece aproximarse a la hegemonía.
Esas alianzas y la de por sí facciosa izquierda mexicana, complican las operaciones de unidad. Por un lado, está el reclamo de quienes viniendo de izquierdas históricas o aun del lopezobradorismo temprano, ven pasar las candidaturas relevantes a sus viejos opresores, hoy distinguidos cuadros guinda procedentes del PRI, PAN y PRD.
Por el otro lado está el argumento de quienes abrazan la 4T: los veteranos de izquierda no juntan más gente que un choque vial, para ilustrar con sorna la improbabilidad de ganar elecciones en numerosos territorios.
Es así como el anuncio de resultados de encuestas en los estados que tendrán elecciones el próximo año tuvo que aplazarse del 20 de octubre al 10 de noviembre y que finalmente, al hacerlo, los resultados se hayan dado a cuentagotas con notables malestares.
Entre eso y la indefinición de Marcelo Ebrard, que patentó un primer calado al presidente y a Morena durante la discusión del Presupuesto de Egresos 2024, más que justificado está el preoperatorio impasse por los nueve estados que resultó en la asignación para la primera minoría interna de la candidatura al Senado.
La cuestión estriba en saber si eso será suficiente. Hace un mes, en este mismo espacio por ejemplo, se advirtió de la salida de la morelense Lucy Meza, excluida de la lista de Morena aparentemente por designio del gobernador Cuauhtémoc Blanco. Dicha salida se patentó el jueves con la aparición de la senadora identificada con la CATEM, junto al dirigente nacional del PRI Alejandro Moreno.
Ya Ignacio Mier anunció su inconformidad con el resultado de la encuesta por Puebla y está en veremos lo que pueda ocurrir en la capital, donde más allá de la definición por la jefatura de gobierno, el conflicto mayor se da en las alcaldías.
Con las elecciones cada vez más cerca, las fuerzas políticas no dejan de evaluar internamente a quiénes serán la mejor apuesta por todo el país para ir por los cargos públicos de 2024.
Uno de los casos se da en la alcaldía Cuauhtémoc, donde Caty Monreal parece estar en franco crecimiento muy a pesar de las otrora tribus perredistas, concretamente del bejaranismo.
En el norte, una de las muestras son las filas morenistas en Mexicali, Baja California, y es que mientras la alcaldesa Norma Bustamante Martínez deja cada vez peor parada a la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda, su impulsora, un nuevo rostro surge con especial empuje.
El comentario tiene origen en el rechazo social que la manícipe enfrenta ante la creciente violencia, mientras los lugareños todavía recuerdan la tranquilidad que se vivía antes del arranque de su gestión; en tanto, desde la trinchera que lidera Claudia Sheinbaum se observa con altas posibilidades a Janeth Raquel Tapia Barrera, quien además de ser parte de SUMA “Construyendo Sociedad”, una de las alas de la campaña de la aspirante presidencial, también tiene historial que destacar tras su papel como regidora de Mexicali.
Lo mismo en el sur, donde hemos atestiguado la caída del Grupo Tabasco, mientras el hasta hace poco poderoso Adán Augusto López Hernández, sufre la derrota frente a Javier May en su casa, Tabasco, el estado de origen del presidente López Obrador y también, en Chiapas, donde el mandatario tiene su tan anunciado destino postpresidencia.
Así, entre disputas locales, facciones, gatopardismo y encuestas más variable de género, noviembre será un mes dificil para Mario Delgado.
POR ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA
COLABORADOR HERALDO RADIO
@ARTURO_RDGZ
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