COLUMNA INVITADA

¿Ciudadanos y autoridades?

...la inteligencia batiendo la selva intrincada de los textos / para cobrar la presa que huye entre las páginas. Rosario Castellanos: “Lamentación de Dido”

OPINIÓN

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Luis Ignacio Sáinz / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Interpretar, he ahí el reto de la inteligencia. De hecho, su responsabilidad. Ese debería ser el deber fundamental de los ciudadanos: interpelar la realidad para fundar su juicio sobre los acontecimientos y también respecto de la postulación de sentido de la nación toda. Sin embargo, mercenarios de la oportunidad del presente, eludimos el compromiso de pensar en conciencia las condiciones del porvenir. Nos guía el interés, no la convicción.

Y así se nos va, como lamenta el poeta, “la vida tan callando”. El reto consiste en otear el significado, o mejor aún los significados, más allá de lo inmediato, de sus cáscaras, de las versiones mediáticas. Reflexionar entonces, críticamente acerca de lo ocurrido, sin pasiones, más allá de las palabras, revisando las imágenes, evaluando los testimonios y las declaraciones de tirios y troyanos.

Ponerles freno a los adjetivos, impedir que en tropel se apoderen de la realidad, desfigurándola, como si fuese un botín en competencia, perversa habrá que subrayarlo. ¿En verdad existen ciudadanos y autoridades o son simulacros del lenguaje? La catástrofe del paso del huracán Otis por Acapulco es un buen ejemplo de cómo nos comportamos, en términos generales no absolutos, así como además de la renuncia a la acción. Entre el hacer y el no hacer, frívolos y egoístas.

Así, la declaración presidencial es un grito desaforado, una balandronada: “No habrá límite presupuestal para apoyar a la gente afectada por “Otis” en Guerrero... Cuando el pueblo de México necesita apoyo se puede utilizar todo el presupuesto público, no hay límites”. Y tampoco hay prevención, brillaron por su ausencia los mecanismos de protección civil y de pronta respuesta frente a las consecuencias del fenómeno metereológico.

Más allá de la desaparición del Fonden (Fondo de Desastres Naturales) con sus limitaciones y corruptelas, el cuerno de la abundancia, el presupuesto de egresos hasta donde tope, ahora sí van a levantarse estudios para la reconstrucción de vivienda, la infraestructura turística y la reactivación económica. Ahogado el niño, a tapar el pozo. Como siempre, nadie es responsable de la ausencia de planes y programas de contingencia, o de su falibilidad y su no aplicación, como no sean los fantasmas del pasado.

¿Los mandos públicos de todos los niveles de gobierno que no aparecen por ningún lado pueden ser calificados de autoridades en estricto sentido? El término remite a la legitimidad de quien ostenta un cargo, y cuando se carece de ella no apelamos a la voz “autorictas” sino al término “potestas”, fuerza, poder, potencia.

Oportunistas de la política, la presidenta municipal de Chilpancingo consideró pertinente, por ejemplo, celebrar su segundo informe de gobierno con el sarao respectivo. En fin, que allí no se sintieron los fenómenos devastadores del ciclón como se le dice a estas tempestades en el Caribe.

Los videos que muestran el pillaje que “damnificados” realizan jubilosos en los almacenes del puerto, saqueando pantallas gigantescas, electrodomésticos, juguetes y una miscelánea de “trofeos” fruto de la rapiña, sin que ningún agente del orden, policía local o de la entidad, guardia nacional o miembro de las fuerzas armadas, desalientan el mínimo optimismo en nosotros mismos. No son ciudadanos, sino depredadores. No son autoridades, sino cínicos. ¡Viva la delincuencia!

POR LUIS IGNACIO SÁINZ

COLABORADOR

MAAZ