La llegada del huracán Otis a la costa del Pacífico mexicano ha dejado clara la importancia de la estrategia de desarrollo regional. Así como abordar en su conjunto lo que se refiere a la prevención y atención inmediata ante esas urgencias que rápidamente requieren atención en El Caribe y las costas de América Central, en la que los azotes de tormentas tropicales, huracanes y sequías son cada vez más frecuentes.
Días antes, otros huracanes impactaron en el Caribe en las últimas semanas, como Tammy que tocó tierra en Barbuda, y Norma que arribó días antes como depresión tropical en el litoral norte de la región del Pacífico mexicano.
También están las sequías en países como Ecuador y Colombia que en estos tiempos afectan incluso la seguridad energética regional, para las que ya están en marcha mecanismos de cooperación.
El efecto directo de este huracán en el Pacífico mesoamericano y los otros eventos ambientales que están impactando la región requieren solidaridad y cooperación inmediata, así como la coordinación no sólo de las naciones afectadas.
Es momento para nuevas iniciativas y para enlazar las ya existentes en otros foros como los dedicados al cambio climático que ya están en la agenda global. Es cierto que ese tipo de acciones de coordinación y cooperación ante desastres se venían fortaleciendo, se plantea ahora la necesidad de mayor articulación en su aspecto multidimensional en los foros regionales y globales.
Pronto habrá varios, como la cumbre del Foro APEC, dedicado a la cooperación entre las naciones de la región del Asia Pacífico, del 12 al 18 de noviembre de 2023, en la ciudad de San Francisco, en Estados Unidos.
Un compromiso en adelante con ese desarrollo permanente de esta mega región es urgente, para las zonas de litorales en ambos lados de la región de América Latina y El Caribe, en el Atlántico y el Pacífico por su importancia estratégica global.
El impacto multidimensional de este desastre para Guerrero y el puerto de Acapulco es enorme y sin precedentes por estos fenómenos meteorológicos y ambientales, y los que vengan.
Todavía falta completar las valoraciones sobre la dimensión e impacto de la tragedia provocada por el huracán Otis, las necesidades integrales de sus diferentes comunidades, que mantienen la vitalidad de la región como un nodo vital para el desarrollo en América Latina y El Caribe desde tiempos ancestrales. Ya se ha planteado que la cuestión central es el modelo de desarrollo.
Representa la mayor urgencia actual en materia de desastres en México en estos momentos, por su afectación a más de un millón de personas y a uno de los corazones del desarrollo y actividad urbana y marítima en el país, en la que confluyen la necesidad de los esfuerzos a nivel nacional y local, con la participación internacional en ese desarrollo.
POR GUADALUPE GONZÁLEZ CHÁVEZ
Catedrática universitaria
@GuadalupeGonzCh
MAAZ