RETOS GLOBALES

El tapón del Darién

Migrantes de Sudamérica y el Caribe no pueden obtener visas para México y países centroamericanos, y carecen de alternativas para llegar a Estados Unidos

OPINIÓN

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Carlos de Icaza / Retos Globales / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Los panameños suelen referirse a su país como "el puente del mundo", aludiendo a la conexión entre el Caribe y el Pacífico. 

Hasta hace pocos años este puente era sólo marítimo, ya que la vía terrestre entre Centro y Sudamérica se interrumpía en la región selvática del Darién entre Panamá y Colombia. 

 La carretera panamericana que nace en Alaska y termina en Argentina, –más de 25 mil kilómetros de recorrido–, se quiebra en el Tapón del Darién: un tramo de 87 kilómetros donde no se ha podido continuar la ruta tanto por los excesivos costos que entraña atravesar pantanos y ríos de tupida selva, como por el daño que sufriría una de las reservas naturales con más diversidad en el mundo. 

¿Quién hubiera podido imaginar que, en pleno siglo XXI, el Tapón del Darién se habría de convertir en la peligrosa senda de multitudes desesperadas que no han encontrado una mejor salida al drama de sus vidas? 

Según datos recientes del Migration Policy Institute de Washington, recabados por los investigadores Caitlyn Yates y Juan Pappier, antes de 2021, el número de personas que se aventuraban a desafiar la selva del Darién era prácticamente insignificante. En cambio, en ese año las autoridades panameñas detectaron 130 mil cruces. 

En 2022, las llegadas aumentaron a casi 250 mil. Esa cifra ya se superó en los primeros ocho meses de 2023, y se estima que más de 500 mil personas habrán transitado por el Tapón del  Darién para final de año.

Hay múltiples razones para este aumento. Muchos migrantes de Sudamérica y el Caribe (y de fuera del continente), no pueden obtener visas para México y países centroamericanos y, por tanto, carecen de vías alternativas para llegar a Estados Unidos. A medida que la ruta a través del Darién se ha ido consolidando, los migrantes han compartido información sobre las mejores formas de cruzarla, y grupos delincuenciales se han organizado para explotar la miseria humana y facilitarles el paso. 

El drama de las migraciones en nuestro ámbito regional y en otras partes del mundo, no puede ser frenada únicamente con muros o medidas de contención. El fenómeno migratorio sólo puede ser enfrentado exitosamente partiendo del principio de responsabilidad compartida entre países receptores y expulsores de migrantes. 

Se requiere de un enfoque integral que atienda las causas reales de la migración y de una cooperación internacional encaminada a lograr que los flujos migratorios sean seguros, ordenados y con pleno respeto a los derechos humanos y la dignidad de los
indocumentados. 

La Cumbre de las Américas del año pasado, en San Francisco, presentó una buena hoja de ruta y recomendaciones que requieren ser implementadas. Hace falta, sin embargo, mayor voluntad política de la potencia del norte para contribuir de manera efectiva al desarrollo regional para desalentar estos flujos. La campaña presidencial en Estados Unidos  amenaza con complicar este propósito, distorsionando en ese país el debate migratorio. 

POR CARLOS DE ICAZA

EMBAJADOR EMÉRITO Y EX SUBSECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES

@CARLOSDEICAZA

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