Baja California se mantiene con problemas de abuso en contra de niñas, niños y adolescentes. En los últimos años se ha sostenido en los primeros lugares de corrupción de menores y, hasta agosto de este año, se han registrado 516 casos. Esto es, por lo menos, dos sucesos diarios.
Hablamos de este delito, amén de muchos otros también terribles, por que la estadística desagregada es difícil de obtener, pero éste sí se identifica en la base de datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La corrupción de menores es cuando se les induce a la ebriedad, a vivir de la caridad, a la ludopatía, a la realización de actos sexuales reales o simulados, a la práctica de la prostitución, uso de sustancias tóxicas, a formar parte de una asociación delictuosa, cometer algún delito o compartirles material pornográfico.
La pena se agrava cuando es un familiar, maestros, ministros de culto o existe subordinación, lo que hace sentido toda vez que, en 7 de cada 10 casos, el abusador pertenece a su entorno cercano.
Por ello, una alianza de amigas y amigos, a través del programa Pasos para la Seguridad Infantil, estamos teniendo la oportunidad de compartir información en redes sociales, medios de comunicación y escuelas, sobre prevención, detección y denuncia.
En una de las charlas a alumnos de quinto año en Mexicali, entrando al salón un niño, con mucha inocencia y, antes de que iniciara mi participación, levantó la mano y preguntó: disculpe ¿cuánto mide? Le respondí, e hizo una expresión de asombro y continuó: espero crecer así de grande.
Refiero la anécdota, para ejemplificar la importancia de que mantengamos esa inocencia en la niñez, que su única preocupación sea ser niños, jugar, estudiar, atender la instrucción de sus padres. De acuerdo con estadísticas mundiales, México ocupa los primeros lugares en abuso infantil. Algo tenemos que hacer al respecto.
Empecemos por hablar con nuestros hijos sobre prevención, no guardarlo como tabú. Los padres y maestros tienen esa primera encomienda. Por ello, es importante documentarnos, capacitarnos y, sobre todo, hablarlo con naturalidad para no alarmarlos.
Por ejemplo, existen muchos tipos de abuso, el de autoridad o de poder, que nos pueden servir para presentar el tema. Recordemos que, no hablar de ello y, mantener en la ignorancia a la infancia, también puede ser un agravio.
Con las pláticas diarias e, interesarnos en su día a día, así como compartir actividades, vamos sembrando la semilla de la confianza, para que estén abiertos a comentarnos cuando alguna situación les incomode y podamos prevenir. En los folletos que repartimos existe un apartado para que escriban lo que aprendieron y, en repetidas ocasiones, hemos visto que están pidiendo que sus papás y mamás pasen más momentos con ellos.
El tiempo de prevenir y de acercarnos a nuestros hijos es hoy, crecen muy rápido, procuremos que su desarrollo sea sano y alegre.
¿Qué opinas?
POR JOSÉ LUIS AYOUB
COLABORADOR
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@jlayoub
MAAZ