LA ESCENA EXPANDIDA

Avance tecnológico vs. asimilación de nuevos paradigmas

El arte tradicional seguirá ahí, en sus espacios físicos, en sus soportes tradicionales; sin embargo, también tendremos otras manifestaciones creativas nacidas dentro de la Internet.

OPINIÓN

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Juan Hernández / La escena expandida / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Si bien desde la década de los 60, Marshall McLuhan acuñó el término “aldea global” y en los años 80 el filósofo y teórico de la comunicación Román Gubérn estudió los avances tecnológicos en la comunicación y sus efectos en la vida cotidiana, así como en las artes, el pensamiento no avanzó a la misma velocidad que la ciencia y la tecnología, que actualmente tienen a la humanidad en lo que hemos llamado la era digital, transformando sus formas de percepción del mundo y la maneras de entender los proceso de la expresión de lo humano.

Recientemente realizamos el Coloquio “Las artes en la era digital: crisis y evolución”, en la que participaron el físico Víctor Manuel Velasco Herrera, los historiadores de arte Jorge Santana y Edgar Vargas Flores, la doctora en estudios de danza Minerva Tapia Robles, el maestro en Artes Plásticas y especialista en color Luis Alberto Alvarado Jaliguiberri, la doctora en ciencias biomédicas Gabriela González, el doctor en Ciencias y Humanidades para el Desarrollo Interdisciplinario Raúl Fernando Linares Borboa, y quien esto escribe que fungió como coordinador del evento académico y ponente, con la idea de generar una reflexión diversa en relación con lo que ocurre actualmente con las artes tradicionales y, por otro lado, las producciones que se realizan con las tecnologías digitales en el espacio virtual de la Internet.

Estudiar un tema desde el pensamiento diverso permite observar, cuestionar y cambiar paradigmas, que nos acerquen a una reflexión razonada que implica no el enfrentamiento entre lo que conocemos como arte en la actualidad y lo que está surgiendo a partir de las nuevas tecnologías, de la Internet y el origen digital de las producciones creativas, sino el proceso de transición hacia nuevas formas de producción de las acciones creativas del humano.  

Desde mi perspectiva, la ciencia y la tecnología nos han rebasado, con mucho, a quienes pensamos el arte y nos encargamos de asimilar los paradigmas que surgen de las nuevas formas de producción creativa. La historia del arte nos dice que esta no es ni la primera, ni será la última vez, que la humanidad enfrente un momento crucial no sólo en función de las artes que representan a una civilización, era y cultura, sino también a cómo el pensamiento se adapta a nuevos paradigmas que han permitido la entrada de lo nuevo en el universo cotidiano.

El Coloquio “Las artes en la era digital: crisis y evolución”, realizado con el apoyo de la Universidad Autónoma de Baja California, a través de la Facultad de Artes, que dirige el maestro Salvador León Guridi, y con la asesoría del doctor Raúl Fernando Linares Borboa,  y del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología, también se produjo como un proceso necesario de ejercicio del pensamiento crítico, lejos de las filias y fobias personales, para analizar de manera profesional el paradigma que propone la ciencia y la tecnología como el eje rector del pensamiento de nuestra era.

De esta reflexión, entiendo que el arte en su forma tradicional no va a desaparecer, ni es amenazada por las nacientes categorías estéticas que explicarán lo que se produce en la era digital; como en otros tiempos, las artes tradicionales pervivirán y seguramente tendrán una evolución natural. Su permanencia no es lo que está en cuestión.

La problematización en términos de la estética y de lo que hasta ahora consideramos arte, se dará en el terreno del pensamiento y de las formas en que la percepción cambiará y se trasladará hacia los nuevos lenguajes, lo que ya es un hecho, a pesar de quienes se resisten a entender que la era digital no es un asunto de ciencia ficción, ni del futuro, sino que está aquí y ahora, en este preciso momento en el que el ordenador sirve de soporte a las ideas que en este texto se plantean.

Escribir a máquina mecánica y hacerlo en un ordenador cada vez más equipado con tecnología de punta, no es un hecho práctico, lo significativo es que cambia la forma de vida y desde luego, la del pensamiento; cómo hoy se ve el mundo es absolutamente distinto a cómo se le veía en los años 70 del siglo XX. Esto que nos parecerá una obviedad, tiene una explicación compleja porque la ciencia y la tecnología transforman el pensamiento de la humanidad y es debido a ello que podemos hablar de distintas épocas y a una evolución histórica de lo humano.  

El arte tradicional seguirá ahí, en sus espacios físicos, en sus soportes tradicionales, realizados con los materiales propios de su identidad, sin embargo, también tendremos otras manifestaciones creativas nacidas dentro de la Internet y sus plataformas, para ser consumidas por millones de usuarios en el mundo. Y esos millones de usuarios están ya, hoy, entendiendo el mundo y comunicándose a través de esas redes que han sustituido a los medios de comunicación tradicionales.

Habrá quien diga que el arte no es para las masas, y mantendrá su carácter elitista; esto es posible en Estados benefactores, como el mexicano, pero no en sociedades en las que el artista debe vivir de su trabajo, participando de un mercado para distribuir sus producciones. Entonces, la gran pregunta ahora es ¿quién va a mantener a este arte para unos cuántos? Seguirá siendo obligación del Estado, o los artistas reflexionarán, en algún momento, sobre la necesidad de abrir un mercado que les permita vivir de lo que hacen profesionalmente, y para ello requerirán del consumo masivo de sus obras artísticas. Son preguntas que dejamos aquí, como una fuente de reflexión, que deje a un lado la autocomplacencia y profundice en lo que realmente importa.

POR JUAN HERNÁNDEZ
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