COLUMNA INVITADA

En un año

La amenaza de una ‘elección de Estado’ anuncia un proceso accidentado y de confrontación

OPINIÓN

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Cecilia Romero / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El pasado domingo 1 de octubre conmemoramos el 34 aniversario de la muerte de Manuel Clouthier, Maquío, quien fuera candidato a la Presidencia por el PAN en 1988, y cuyo arrastre atrajo a la participación cívica y política a muchos que hoy militan activamente, ya sea en el PAN, en otros partidos, o en diversas organizaciones de la sociedad.

Las condiciones que vivíamos en México a finales de los ochenta eran de una grave precariedad democrática. Las elecciones estaban en manos del gobierno; la Secretaría de Gobernación instalaba las casillas, nombraba funcionarios, imprimía las boletas y el material electoral. Manejaban el Padrón, recogían las urnas, contaban los votos, cantaban los resultados y ungían a los elegidos.

El proceso electoral de 1988 marcó sin duda el inicio de la transición en México. La actitud valiente y firme de Maquío, junto con el ingeniero Cárdenas y doña Rosario Ibarra de Piedra, logró dar un giro a la tendencia autoritaria del gobierno. Mucho se avanzó en la creación y fortalecimiento de las instituciones de la democracia desde entonces, y con todos los errores y omisiones en que se ha incurrido, podemos ya inscribir a México dentro de los países democráticos del mundo.

Desgraciadamente, en los últimos cinco años se ha desatado desde el poder un fuerte embate en contra de estas instituciones. A algunas se les ha borrado del mapa, como al INEE o al INIFED.  Otras han sido diezmadas drásticamente, como la CRE o el INAI. Unas más han resistido los embates, pero constantemente sufren ataques arteros, como el INE o la SCJN.

El 1 de octubre del próximo año iniciarán una nueva Administración y un nuevo Congreso, así como nueve gubernaturas, 30 Congresos Estatales y casi 2 mil ayuntamientos; la elección más grande que hemos tenido hasta ahora. El proceso electoral ya está en marcha, y los preparativos han arrancado en todos los frentes.

En un año habrán pasado muchas cosas. En ese año definiremos lo que será de México en los próximos cincuenta.  En un año, el involucramiento o la apatía serán definitorios.  Los ciudadanos que pertenecemos a partidos, y los que no, seremos responsables de actuar o de callarnos, de opinar o de dejar pasar, de colaborar o criticar.

La emergencia ciudadana que hemos visto en los últimos meses en las marchas en defensa del INE; la decisión de muchos, antes apáticos, de interesarse por la cosa pública; la conformación del Frente Amplio por México; el proceso democrático para elegir a la coordinadora nacional de estos esfuerzos, son preludio de una campaña participativa y vigorosa.

Por otro lado, la sombra ominosa de acciones autoritarias, la amenaza de una ‘elección de Estado’, la descalificación constante de los adversarios, la difamación y la mentira, y el crimen organizado en clara connivencia con autoridades, anuncia un proceso accidentado y de confrontación.

El futuro de México se define en un año.

En un año, el futuro será nuestro presente.

CECILIA ROMERO

COLABORADORA

@CECILIAROMEROC

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