Los conflictos bélicos en Europa del Este y Oriente Medio que generan inestabilidad en los mercados energéticos no solamente expresan las debilidades de la era de los combustibles fósiles, sino también los peligros que acechan a la seguridad energética; a pesar de este contexto de incertidumbre se están generando fuertes señales para una aceleración de las transiciones a energías limpias, así lo expresa la Agencia Internacional de la Energía (IEA) en el World Energy Outlook 2023.
Sus proyecciones se enmarcan básicamente en tres modelos: Escenario de Políticas Declaradas (STEPS) basado en la configuración de las políticas actuales; el Escenario de Compromisos Anunciados (APS) que explora la opción de una implementación completa y oportuna de los objetivos energéticos y climáticos nacionales; y el Escenario de Emisiones Netas Cero para 2050 (NZE) que traza una vía de transición que limitaría el calentamiento global a 1. 5º C.
Por primera vez la IEA coloca en sus tres escenarios el punto máximo de demanda del petróleo, gas natural y carbón antes de 2030; de esta manera la participación de los combustibles fósiles en la demanda de energía primaria disminuye del 80% al 73% en el escenario STEPS, 69% en el APS y el 62% en el escenario NZE.
Es así, como está emergiendo una nueva economía de energía limpia, en economías avanzadas y China; donde por cada dólar gastado en combustibles fósiles se gastan 1.8 dólares en una variedad de tecnologías e infraestructura de energía limpia, como energía fotovoltaica, vehículos eléctricos, baterías y bombas de calor.
Sin embargo, la IEA sostiene que recortar el gasto en petróleo y gas no es la solución para encaminar al mundo hacia el escenario NZE, la clave para una transición ordenada es aumentar la inversión en todos los eslabones de un sistema de energía limpia, sobre todo en economías emergentes.
En todos los escenarios del World Energy Outlook 2023 la energía solar fotovoltaica avanza a un ritmo sorprendente, puntualizando que “por sí sola no puede encaminar al mundo hacia el cumplimiento de sus objetivos climáticos, pero –más que cualquiera otro tecnología limpia- puede iluminar el camino.”
La IEA perfila que las energías renovables contribuyan con el 80% de la nueva capacidad de energía hasta 2030 en el modelo STEPS, donde la solar representará el 50%. A finales de la década proyecta que globalmente habrá una capacidad de fabricación de 1,200 gigavatios (GW) de paneles al año, pero en el modelo STEPS, solo se desplegarán 500 GW a nivel mundial en 2030; al respecto, advierte que será necesario para este crecimiento la ampliación y fortalecimiento de las redes, así como la adición de almacenamiento para integrar la energía fotovoltaica adicional en los sistemas eléctricos. Con la utilización del 70% de la capacidad de fabricación de energía solar prevista se podrían alcanzar las metas proyectadas en el escenario NZE.
POR MANUEL RODRÍGUEZ GONZÁLEZ
DIPUTADO FEDERAL
PRESIDENTE DE LA COMISIÓN DE ENERGÍA
DE LA LXV LEGISLATURA DE LA CÁMARA DE DIPUTADOS DEL H. CONGRESO DE LA UNIÓN
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