Luego de cincuenta y un años de fundado, gracias a un pacto tripartita entre trabajadores y empleadores bajo el concierto gubernamental, el Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores está por vivir un año crucial en su vida institucional, decisivo para su futuro.
Esto es así, porque estamos por cursar el último año de la administración federal, cerrando un ciclo de importantes reformas legales y la agenda de nuevas políticas y programas que de estas derivaron, pero también, y principalmente, porque la cuestión de la vivienda en general (que es ya un bien escaso -igual en propiedad que en renta-, e inaccesible para muchos), y obrera en particular (para los segmentos clasificados como económica y popular), se ha vuelto crítica.
El acceso efectivo a una vivienda asequible, segura, habitable y de calidad por parte de las y los cinco millones de trabajadores derechohabientes que ganan hasta ocho mil pesos al mes, es el objetivo central del Sector Trabajadores del Infonavit, en el que coinciden todas las dirigencias sindicales de las principales centrales obreras ahí representadas.
En el contexto territorial y urbano del país, dos grandes factores están agudizando la difícil coyuntura por la que atraviesa el Instituto: primero, la creciente escasez de suelo intraurbano (agravada por la especulación inmobiliaria y la falta de políticas públicas eficaces para controlarla) y, segundo, que ha venido a reforzar a este, la dinámica vertiginosa de crecimiento urbano que están desatando los fenómenos del nearshoring, así como los grandes proyectos de infraestructura regional impulsados por el gobierno de la República.
Mucho se ha hablado y escrito de parte de las organizaciones empresariales, expertos y agentes económicos y públicos, acerca de la necesidad de resolver las necesidades de infraestructura en general, el abasto oportuno y suficiente de energía y agua, los servicios logísticos y de comunicaciones, facilidades aduanales y otorgamiento de incentivos fiscales para hacerlo realidad.
Pero nada se les escucha decir acerca de la necesidad primordial de garantizar la dotación de suelo apto para usos habitacionales, incluido en ello, los satisfactores urbanos básicos: instalaciones educativas, equipamiento de salud, abasto y esparcimiento, así como facilidades de transporte cercano y eficiente.
Sobre estas cuestiones, así como sobre los temas estratégicos de la operación de nuestro organismo -salud financiera, eficacia crediticia, -, es que habremos de celebrar el Tercer Congreso Nacional de Comisiones Consultivas Regionales (5 y 6 de octubre en el WTC de la capital), donde habremos de perfilar El Infonavit que Queremos las y los Trabajadores, en defensa del derecho a la vivienda como pilar fundamental del modelo de seguridad social de México al 2030.
Maestro Mario Macías Robles
Director Sectorial de los Trabajadores del Infonavit
@MarioMaciasRobl
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