COLUMNA INVITADA

Industrias “K pop”

O bien, aquellos que transgreden la infancia valorando a la misma por sus notas escolares de excelencia y no por su esencia y libertad

OPINIÓN

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Sara Morgan / Columna Invitada / El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Seguro te has percatado de esa nueva tendencia que ha llenado los espacios de entretenimiento, y que súbitamente se ha expandido a nuestros gustos alimentarios, aficiones y melomanías. Se trata de la nueva industria “K pop”, que representa un fenómeno interesante en el que millones de occidentales han adoptado una nueva forma de cultura, con nombres impronunciables, al que nos vamos sometiendo por ser enteramente adictivos. Lo anterior es el resultado del esfuerzo de Corea del Sur por convertir a su sociedad en la más preparada, y competitiva dentro de un mercado asiático, bastante competitivo donde la alta capacidad y la disciplina, son parte de su idiosincrasia. Resultado de lo anterior, sus “K dramas”, series de entretenimiento, concursos y la presentación de una sociedad con cutis perfectos, han sido tan estudiados a nivel mercadológico que su inserción ha sido un éxito, tanto así, que ha logrado romper la barrera del idioma, pero sobre todo de la identidad y cultura occidental. La pregunta es ¿Cómo se han colocado en la vanguardia de las tendencias internacionales? Cuando ello va en sentido contrario a los modelos familiares y culturales inclusivos, de países occidentales, que no comulgan con el autoritarismo, el machismo, la discriminación etaria, económica y la sobre exposición a horarios excesivos de trabajo que desequilibran el bienestar saludable entre la vida laboral y personal. O bien, aquellos que transgreden la infancia valorando a la misma por sus notas escolares de excelencia y no por su esencia y libertad.  

Curiosamente, la respuesta puede tener dos posibilidades: La primera se encuentra en la historia de Corea, donde siempre se propagó la guerra que los sometió a manos de otros países; para después encontrarse con la crudeza de occidente que los dividió, durante la guerra fría. Por ello, la división de Corea, entre el Norte y el Sur, de ahí de la necesidad de un servicio militar extenso y obligatorio por dos años, lo que ha marcado a la Corea capitalista como una sociedad, siempre preparada para una emergencia latente; que de muchas formas pretende ser impenetrable, ya que arraigados al cuidado de su descendencia histórica, social, cultural e incluso racial no suelen emparentarse con extranjeros. La segunda, es que quizá de una manera no velada parte de la sociedad occidental, aún mantiene los mismos estereotipos.

La excelencia creada por Corea, durante años ha culminado con un país que es tendencia, gracias al conocimiento y destrezas desarrolladas que simplemente son superiores a muchos países occidentales, en consecuencia, algunos de los mismos en especial aquellos latinoamericanos son tremendamente susceptibles a los “K dramas”, que presentan historias de diversos géneros que en ocasiones sustituyen los horarios destinados para el trabajo o el estudio. Lo anterior, sin que parezca una imposición. 

Transformar en temas de culto a series asiáticas hace que buena parte de la sociedad occidental se dedique al ocio sin beneficio, lo que paradójicamente no pueden hacer los ciudadanos coreanos quienes dedican buena parte de su horario juvenil al estudio, según cifras del Instituto Nacional de Política Juvenil que indican que los jóvenes coreanos de entre 15 y 24 años dedican 49.43 horas a estudiar cada semana, 15 horas más que la media de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), que es de 33.92 horas. Lo anterior, hace que dicho país tenga la tasa más alta de adultos jóvenes (25-34 años) con educación terciaria entre todos los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). https://asiadonde.com/educacion-en-corea-del-sur/. Por último, una nota interesante; los trabajadores en la poderosa economía del este de Asia ya enfrentan algunas de las horas más largas del mundo –al ocupar el cuarto lugar solo detrás de México, Costa Rica y Chile en 2021, según la OCDE– y se cree que la muerte por exceso de trabajo ("gwarosa") mata a decenas de personas cada año. Pese a lo anterior, el gobierno respaldó el plan para aumentar el tope luego de la presión de los grupos empresariales que buscaban un aumento en la productividad, hasta que se topó con tres problemas: la oposición vociferante de la generación más joven, los sindicatos y su problema demográfico debido al declive en la tasa de natalidad que se ha tornado a valores críticos ya que, en 2022, el país registró unos 249.000 nacimientos y 372.800 muertes.

¿Y tú, sabes ya sabes pronunciar el nombre real de Chingu amiga?

POR SARA MORGAN
@MORGANSAREL
CONSULTORA LABORAL
DIRECTORA DE EQUITY JOB LAB

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