Los mexicanos buscamos constantemente ídolos deportivos a quienes admirar y apoyar. Sin embargo, a menudo criticamos a estos mismos atletas, incluso cuando han logrado grandes éxitos.
Dentro del mundo deportivo la relación entre los atletas y el público es compleja y contradictoria; México no es la excepción.
Esta contradicción se puede explicar por una serie de factores. En primer lugar, en el caso de los mexicanos, tenemos una larga tradición de éxito en el deporte, con figuras como Julio César Chávez, Soraya Jiménez o Hugo Sánchez, que se convirtieron en símbolos nacionales. Esto ha creado una expectativa de que los atletas mexicanos siempre deben estar en la cima, lo que puede llevar a la crítica cuando no logran cumplir con estas expectativas o su camino al éxito ha sido distinto.
En segundo lugar, los medios de comunicación juegan un papel importante en el descrédito de los ídolos deportivos. Los periodistas y comentaristas deportivos en ocasiones suelen centrarse en aspectos negativos de la vida de los atletas, lo que puede contribuir a una imagen negativa de estos.
En tercer lugar, el nacionalismo también puede jugar un papel en la crítica a los atletas mexicanos. Cuando un atleta mexicano no logra ganar una medalla olímpica o un campeonato mundial en algún deporte en el que México se caracteriza por tener buenos atletas, puede ser visto como una decepción para el país, lo que conduce a la crítica y posterior justificante para retirarles su apoyo.
Es importante recordar que los atletas son seres humanos, y como tales, son susceptibles de cometer errores. Quizá estos errores que han cometido en su vida personal han sido consecuencia de situaciones ajenas a ellos mismos. Los mexicanos deberíamos apoyar a nuestros atletas, tanto en sus momentos de triunfo como en sus momentos de fracaso y brindarles apoyo en todo momento, dentro y fuera del entorno deportivo.
Una forma de reducir la crítica a los atletas mexicanos es cambiar la forma en que los medios de comunicación los presentan. Los periodistas y comentaristas deportivos, así como los fanáticos deberían centrarse en los aspectos positivos de la vida de los atletas pero sobre todo, enfocarse en el aspecto deportivo que, en última instancia, es lo que nos incumbe y uno de los medios por los cuales se podría tener un impacto positivo en la sociedad.
Cito como ejemplo los casos de Guillermo Ochoa y Sergio Pérez, dos deportistas mexicanos que han logrado grandes éxitos a nivel internacional, pero que en ocasiones han recibido más apoyo y reconocimiento en el extranjero que en México. Ochoa, uno de los mejores porteros del mundo, pero en México ha sido criticado por su desempeño en la selección nacional. Pérez, es el primer piloto mexicano en ganar un Gran Premio de Fórmula 1, pero en México ha sido criticado por su estilo de conducción.
A pesar de la crítica, Ochoa y Pérez siguen siendo dos de los deportistas mexicanos más populares. Su éxito es un ejemplo de que los mexicanos pueden alcanzar: grandes logros en el deporte, incluso cuando enfrentan obstáculos
Es necesario cambiar la forma en que los mexicanos vemos el deporte. En lugar de esperar que los atletas mexicanos siempre estén en la cima, deberíamos aceptar que son seres humanos que cometen errores, pero, sobre todo, apoyar a los procesos formativos, gobierno e iniciativa privada impulsar el deporte con el fin de contribuir a lo que muchas veces he mencionado aquí y aprovechar esta herramienta que puede ayudar a mejorar la salud, la educación y la economía.
Al cambiar la forma en que vemos a los atletas, podemos crear un ambiente más positivo para el deporte en México y que esto repercuta positivamente en la carrera de estos atletas y hacía el futuro, el crecimiento de México. Disfrutemos de los grandes referentes que tenemos en tan distintas disciplinas y no perdamos el tiempo con absurdas comparaciones.
Por Diego Sánchez González ‘SAGO’
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