COLUMNA INVITADA

Ciudad de los Carteles y Propaganda

Por las calles de la Ciudad de México se ven las mismas caras, las de aquellos políticos

OPINIÓN

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Ignacio Anaya Minjarez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Por las calles de la Ciudad de México se ven las mismas caras, las de aquellos políticos que ingenuamente contaminan el espacio público con su imagen. No tiene caso señalar quienes son, es un fenómeno de todos los partidos políticos, cada uno en su colonia sabrá.

Por todos lados se observan carteles, panfletos y paredes pinatadas que a fin de cuentas sus organizadores no se tomarán la molestia de quitar una vez que termine su vigencia política. La propaganda política ha sido un elemento presente en la Ciudad de México, desbordándose en calles, locales y espacios públicos. Sin embargo, este fenómeno no está exento de críticas y controversias. Estos objetos en la capital mexicana reflejan a una clase política que se sitúa por encima de la ley, así como su contribución a la contaminación visual en la urbe.

Esta saturación publicitaria no solo evidencia una falta de regulación efectiva, sino que también demuestra cómo ciertos grupos políticos buscan imponer su presencia y mensaje en el espacio público, muchas veces en detrimento de la estética urbana y del bienestar de los ciudadanos.

A pesar de que existen normativas y reglamentaciones que buscan regular la propaganda política en espacios públicos, la realidad es que estas son insuficientes y, en muchos casos, no se aplican de manera efectiva. Esto da lugar a que las calles y locales de la Ciudad de México se vean inundados por carteles, lonas y otros elementos publicitarios de carácter político, dando así una percepción de impunidad y de que las clases políticas están por encima de la ley.

La contaminación visual generada por la propaganda política no es un tema menor. Este fenómeno afecta directamente la calidad de vida de los habitantes de la Ciudad de México, generando estrés visual, corrompiendo la percepción del entorno y contribuyendo al deterioro de la imagen urbana. Además, esta saturación publicitaria resta valor a los espacios públicos y contribuye a la degradación de la ciudad, afectando a residentes y visitantes. ¿De verdad creen que nos gusta ver sus caras todos los días? Igualmente, ellos no se harán cargo de recoger sus carteles, los van a dejar ahí, tirándolos como cualquier tipo de basura.

La presencia desbordada de propaganda política en la Ciudad de México es un fenómeno que va más allá del uso indebido de las calles; es un síntoma de la falta de y de la impunidad con la que opera la clase política. Este exceso de publicidad no solo deteriora la imagen urbana y afecta la calidad de vida de los habitantes, sino que también evidencia una urgente necesidad de fortalecer las normativas y mecanismos de regulación, asegurando su aplicación efectiva para recuperar el espacio público.

POR IGNACIO ANAYA

COLABORADOR

@Ignaciominj

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