COLUMNA INVITADA

Llegó el Clásico de Otoño

Es dramatismo puro y es lo más precioso que puede haber.

OPINIÓN

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Mariano Torres / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: El Heraldo de México

Este viernes inicia la tan esperada Serie Mundial, entre Rangers de Texas y los Diamondbacks de Arizona. Un duelo de alaridos, que no nos hará despegarnos del televisor y nos generará la magia que solo el béisbol es capaz de hacer. El entorno es simplemente electrizante, las ciudades se paralizan y los parques son pletóricos.

El Clásico de Otoño es otra historia, no cualquiera la levanta, y todos los equipos la añoran. Son ocho meses en el más alto nivel para poder llegar a la cúspide de la pelota caliente.

Los D-Backs iniciaron los playoffs derrotando a los Brewers en la Ronda de Comodines. Después les tocó verse la cara ante los Dodgers, donde en el papel lucían como víctimas, pero en el diamante fue todo lo contrario, no pararon de bombardearlos y barrieron la serie. En la Serie de Campeonato vencieron agónicamente a los Phillies en el juego siete, sacando los últimos dos partidos en Filadelfia. Contra todo pronóstico secaron a Bryce Harper, Kyle Schwarber, Trea Turner, Nick Castellanos y compañía, que estaban hirviendo en la caja de bateo.

Eso es lo más bonito del beisbol, absolutamente todo puede pasar y como dijo el máximo ganador de Series Mundiales, Yogi Berra: “Esto no se acaba hasta que se acaba”. Nada está escrito en la pelota caliente, nada.

En el bando de la Liga Americana, los Rangers eliminaron a los Rays en la fase de Comodines. Posteriormente dieron la sorpresa y barrieron a los Orioles, quien fue el equipo con mejor récord en la temporada regular: Andley Rutschman, Jorge Mateo, Ryan Mouncastle, Anthony Santander y Cedric Mullins fueron borrados por los texanos.

En la Serie de Campeonato, los Astros arrancaban como favoritos; sin embargo, la batería de los Rangers se calentó de manera impresionante y se impusieron en siete trepidantes juegos para jugar pelota de noviembre. Adolis García, Marcus Semien, Nathaniel Lowe y Corey Seager no paraban de conectar la bola, en especial Adolis, quien se llevó el MVP de la serie. Lo curioso de este enfrentamiento es que ninguna de las dos novenas no pudo ganar ningún partido en casa.  

En fin, ambas escuadras hicieron un gran mérito para poder tener la oportunidad de jugar la Serie Mundial.

Arizona no estaba en esta instancia desde el lejano 2001, cuando vencieron a la mítica dinastía Yankee de Mariano Rivera, Andy Pettitte, Jorge Posada, Paul O´Neill, Bernie Williams y Mr. November, Derek Jeter. Aquella noche del 4 de noviembre de 2001, Luis Gonzalez dejó tendido a los Bombarderos del Bronx, y le dió a los D-Backs su primer y único Clásico de Otoño en su historia. Así de romántico puede ser El Rey de los Deportes.

Por otro lado, Rangers ha estado en dos Series Mundiales en su existir, extrañamente fueron en años consecutivos. Sin embargo, para su mala fortuna, cayeron en ambas ocasiones, ante Giants y Cardinals, pero la tercera puede ser la vencida, y hoy los pupilos de Chris Woodward tienen la posibilidad de alzarse en punto máximo del béisbol.

No lo traten de entender, no hay nada más especial que la Serie Mundial. Es dramatismo puro y es lo más precioso que puede haber. El Clásico de Otoño ha llegado.

POR MARIANO TORRES

COLABORADOR

@MARIANOTORRESH

MAAZ