CAUSA COMÚN POR MÉXICO

El desafío de educar a un hijo

Acerca de mi columna sobre «diálogo entre niños de cuarto año», a propósito de la más reciente guerra

OPINIÓN

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Fernando Alberto García Cuevas / Causa Común por México / Opinión Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Acerca de mi columna sobre «diálogo entre niños de cuarto año», a propósito de la más reciente guerra detonada en el mundo por los atentados criminales de terroristas agrupados en Hamás en contra el pueblo de Israel, recibí comentarios interesantes que me impulsaron abordar de nueva cuenta —a manera de alerta a los padres de familia y maestros—, el tema sobre el impacto que la información que se genera en el mundo tiene sobre nuestros niños.

Uno de los comentarios fue que, el contenido de mi columna del pasado 19 de octubre, “es muy duro” refiriéndose acerca de lo que preguntan y opinan los niños de 10 años en la escuela, sobre las guerras, la violencia y las armas nucleares. —los niños no piensan así—me dijo.

Otro amigo me envió un mensaje inscrito al final de mi columna, refiriendo la sentencia que Dante Alighieri anotó a las puertas del infierno de su magnífica obra La Divina Comedia; «Lasciate ogni speranza, voi chentrate». «tú que entras aquí, deja atrás toda esperanza».

Escribo esto como un padre que busca apasionadamente aprender más acerca de la mejor forma de educar a nuestros hijos. Estoy convencido que la época que nos ha tocado vivir es extraordinaria, llena de peligros y oportunidades. No solo está marcada por el signo de la sobrevivencia, sino también, por el de la contribución.

Me queda claro que a los niños no se les debe engañar acerca de los peligros y retos que se presentan a lo largo de la vida. No es conveniente disfrazar la realidad con engaños, bajo la peligrosa y equivocada premisa de que así se les protege.

La vida es como es y deben conocerla plenamente para no ser traicionados ni defraudados por ella. Interpretar la realidad con objetividad y optimismo, indagar y descubrir entre ella las múltiples oportunidades que deberán aprovechar será el camino a seguir.

Identificar oportunamente los peligros que habrán de vencer en el camino para evitar sufrir daños irreparables, será siempre una conveniente alternativa. Sin embargo, lo más importante para niños y jóvenes de nuestra sociedad, será siempre contribuir con ellos amorosa y responsablemente mediante enseñanzas y ejemplo, para entrenar y detonar al máximo sus potenciales fortalezas y cualidades.

En este sentido el control de sus mentes es fundamental. Ser amos y no esclavos de sus pensamientos. Identificar las emociones que se derivan de su forma de pensar, la calidad de las creencias que adquieren y cultivan entre sus pensamientos que determinan sus decisiones y estas a su vez, producen las esperadas o inevitables consecuencias que impactan la calidad de sus vidas. Causa y efecto, hacer o deshacer.

Decidir lo mejor o lo peor, será a fin de cuentas consecuencia del poder de su decisión. Ciertamente enormes son los desafíos que nos toca encarar en nuestra historia como generación del siglo XXI en pleno Tercer Milenio. Invariablemente en la época que vivimos con sus pros y contras, los niños y jóvenes deberán aprender de sus padres, en sus familia y escuelas, pero sobre todo, por sí mismos, a partir de sus propias experiencias.

Los niños y jóvenes aprenderán no solo aquello que tiene que ver con la historia y la ciencia, las matemáticas, la política, la tecnología y la evolución, les será imprescindible aprender sobre todo a sobrevivir y alcanzar con humanismo sus propósitos de vida, a superar la tentación de claudicar en un mundo enfermo de pesimismo, a rendirse sin intentar siquiera atreverse a luchar por las causas que importan en sus vidas.

Los niños y jóvenes deberán estar listos para desarrollarse plenamente y vivir sus vidas con satisfacciones y bienestar. Esta preparación les permitirá alcanzar sus objetivos con el optimismo realista que modera la actitud de quiénes lo viven, positivamente, plenos de confianza, con seguridad y firmeza, autoestima y amor propio, con poderosa fe en ellos mismos y en sus propias vidas, que finalmente estarán moldeando paso a paso para beneficio de si mismos.

Estoy convencido que si quieres descubrir el poder de la magia que hay en ti, ten un propósito¡¡ y si no lo tienes…pues tenlo y puedo decirte también que…

«Afortunado de origen, tú que entras aquí, al espacio vida, deja detrás de ti, cualquier pesimismo y duda. Atrévete a disfrutar, aprender, sembrar y ser feliz»

POR FERNANDO ALBERTO GARCÍA CUEVAS

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