COLUMNA INVITADA

Cuatro verdades del mundo en guerra

Tener el panorama completo debería ayudar a encontrar el camino en el laberinto al que entró el mundo hace años

OPINIÓN

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Beata Wojna / Diplonotas / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las guerras son terribles. Lo demuestran los casi 20 días que han transcurrido desde el inicio de la guerra de Israel contra Hamas y los más de 600 que han pasado desde que inició la de Rusia contra Ucrania.

Lamentamos las pérdidas de vidas humanas y duele la intransigencia de los actores para sentarse a la mesa de negociación.

Sin embargo, más allá de las emociones, los casos de Israel-Gaza y de Ucrania–Rusia, que recientemente han dividido al mundo revelan al menos cuatro verdades de la realidad internacional.

Primera, las grandes potencias cuidan sus intereses y carecen de coherencia. Así se juzga típicamente en América a Estados Unidos, un país que es considerado como el origen de todo lo malo que pasa en el mundo.

A su vez Rusia —que en los últimos días ha hecho llamados a la paz en Medio Oriente y ha defendido al pueblo palestino—, mantiene operaciones de guerra contra Ucrania. Fue Rusia quien bloqueó todas las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU para ayuda humanitaria en Ucrania; pero ahora se indigna cuando EU hace lo mismo con las resoluciones rusas sobre Palestina.

Segunda, las reacciones de los demás países se guían más bien por las simpatías y antipatías histórico–ideológicas, que por el derecho internacional, del que siempre es posible “elegir” los puntos que más se ajustan a la coyuntura.

Por ejemplo, los gobiernos latinoamericanos, hoy mayoritariamente de izquierda, apoyan al pueblo Palestino, llegando incluso a justificar el ataque de Hamas a Israel como una lucha armada legítima por la independencia; y están muy cerca de Rusia, sin preocuparse por la invasión a Ucrania y cerrando los ojos a los crímenes de guerra cometidos ahí. Sólo el presidente de Chile, Gabriel Boric, ha logrado resolver esta ecuación.

Tercera verdad: ambas guerras demuestran que las partes del conflicto suelen manejar muy bien sus diásporas o simpatizantes para promover sus intereses. Pasó con Rusia, que utilizó abiertamente la población rusa en Ucrania, Georgia o Moldavia, y aprovechó a sus ciudadanos en el extranjero para realizar campañas a favor de su posición. Así es también con Israel y Palestina, donde los judíos que viven en diferentes partes del mundo son hoy mayoritariamente voceros de Israel, mientas que los musulmanes concentrados en Europa se manifiestan masiva y hasta violentamente a favor de Palestina.

Cuarta, la comunicación es hoy la herramienta fundamental en la guerra que se desarrolla no solamente en el frente de batalla sino también en los medios de comunicación y en las redes sociales. Ante el exceso de información y desinformación, la búsqueda de la verdad en un asunto de primera orden, porque una información no comprobada, mal servida o directamente falsa puede tener consecuencias graves y provocar incluso ruptura de negociaciones de las que depende el futuro del conflicto.

Tener el panorama completo debería ayudar a encontrar el camino en el laberinto al que entró el mundo hace algunos años.

POR BEATA WOJNA

PROFESORA DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL TECNOLÓGICO DE MONTERREY

@BEATAWOJNA

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