La reforma al Poder Judicial Federal como venganza, se tracuce en un proceso de devaluación política grave y peligroso, porque hoy, dentro y fuera del país, el retroceso democrático y jurídico es un mensaje que lleva escrito entre líneas la ingobernabilidad, la inseguridad jurídica y esta lucha por ostentar un poder absoluto.
El presidente dijo a los trabajadores del Poder Judicial Federal que la reforma no los afectaría. Su mentira quedó al descubierto cuando Morena, en la Cámara de Diputados presentó la inciativa de reforma que desaparece 13 de los 14 fideicomisos del Poder Judicial, de los cuales, por lo menos 6, benefician a los trabajadores del Poder Judicial.
La inciativa que debió ser turnada para su dictamen a la Comisión de Justicia, pues el recorte presupuestal propuesto trastoca funciones sustantivas y vulnera la fortaleza e independencia del Poder Judicial, se turnó únicamente a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública y como la presidencia de la Comisión la ostenta Morena, agilizó su aprobación y turno al Senado de la República.
Un análisis del IMCO señala que estos fideicomisos, a los cuales el gobierno califica como dispendios y poco transparentes para justificar su desaparición, son fondos que se nutren no solo de presupuesto público sino de aportaciones hechas durante años por los trabajadores, así como recursos propios generados, entre otras cosas, por la venta de publicaciones.
Respecto a la opacidad que les atribuyen, la información sobre los fidecomisos es pública, transparente y consultable por toda persona, no solo en los portales de transparencia, sino también en el Diario Oficial de la Federación, actualizándose trimestralmente.
De igual forma, se ha determinado que en las auditorías realizadas por la Auditoría Superior de la Federación a los fideicomisos, no se reportan irregularidades en el uso de dinero público. Destacándose que cada fideicomiso tiene un propósito particular establecido por las cláusulas del respectivo contrato.
Por su parte, el personal operativo del Poder Judicial Federal, representa más del 60% de la plantilla, y es el principal beneficiario de las prestaciones laborales vinculadas a los fideicomisos.
Detrás del discurso tramposo de Morena, existe el propósito mezquino de debilitar al Poder Judicial y eliminar a uno de los tres poderes independientes que ha puesto freno a las ilegalidades en su gobierno. El presidente no entiende que a diferencia del Poder Legislativo, el Poder Judicial no es una extensión de su mandato que le permita arbitrariamente tomar decisiones sobre el rumbo del país.
Somos más de 126 millones de habitantes, existiendo 4 jueces por cada 100 mil habitantes, lo que evidentemente impacta en la impartición de justicia. El Presidente debería analizar con responsabilidad el sistema de justicia en México, no debilitarlo. La reforma al Poder Judicial Federa es un venganza, no un anhelo por lograr la impartición de justicia, que tanto reclama nuestro país.
Definitivamente, ésta dictadura facciosa es un mal colectivo para México. Pero así como el INE no se tocó, el Poder Judicial tampoco, vamos a seguir alzando la voz para que sigan existiendo Poderes fuertes e independientes.