MALOS MODOS

Beckham, la serie

A despecho de muchos, David Beckham fue un jugador excepcional. No era solo ese golpeo virtuoso del balón

OPINIÓN

·
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

A despecho de muchos, David Beckham fue un jugador excepcional. No era solo ese golpeo virtuoso del balón, fijo o en movimiento, bueno para muchos golazos y muchas asistencias. Véanlo: conducía con solvencia, leía muy bien el juego y, para los amantes del espíritu espartano, corría sin tregua, con una preparación física a prueba de balas, y ayudaba a robar balones.

Es así como ganas varias veces la liga inglesa y una Champions con el United, ayudas a la selección inglesa con goles milagrosos, acabas por triunfar en el Real Madrid con una liga in extremis, logras también el campeonato en la Major League Soccer y todavía tienes tiempo de jugar para el Milan y el PSG. 

Lo que provoca críticas contra él, injustas, es su otra cara, la de un exitoso hombre de negocios que fue además una figura mediática y un sex simbol. Su naturaleza publicitaria y mercadotécnica, digamos.

La tentación es decir que el futbol de hoy, el de los últimos años, es un invento de Beckham, que supo negociar contratos descomunales, ganó fortunas gracias a esos visionarios arreglos con cuanta marca, invirtió el dinero con inteligencia e incluso fue un pionero en lo de irse a jugar a la MLS, una liga decidida a crecer como en efecto lo ha hecho, y que para hacerlo, en aquellos días, le pagó una locura de millones de dólares a cambio de ir a jugar contra equipos flojísimos, con plomeros y albañiles que dividían la agenda para irse a jugar en estadios vacíos y entre repasos contundentes de los equipos mexicanos, esos mismos que hoy, con demasiada frecuencia, se van a los Estados Unidos a perder inapelablemente.

Las cosas son siempre más complicadas, por supuesto, y antes de él hubo jugadores capaces de conjugar el espíritu del dandi millonario con el del futbolista comprometido, pero lo cierto es que la forma brillante en que se desempeñan en lo deportivo, con los dineros y en lo público, Cristiano o, más recientemente, Mbappe, es impensable sin la buena cabeza del güero que hace poco logró llevarse a Messi, entre otros, a los Estados Unidos. 

Una buena crónica de este camino único está en la serie documental de Netflix que lleva su nombre.

No hay que esperar apuestas narrativas excepcionales ni cosa parecida, pero el “fenómeno Beckham” queda explicado con claridad y buena factura en cuatro capítulos, gracias a entrevistas con sus entrenadores y compañeros (el primero de ellos, Alex Ferguson, pero también andan por ahí Gary Neville, Figo, Roberto Carlos o Roy Keane), largas conversaciones con él y con su mujer, la famosa Victoria de las Spice Girls, y un material de archivo muy bien elegido y editado.

Echarse un maratón puede resultar un poco abrumador para quienes no son aficionados al futbol, pero es indudable que estamos ante un fenómeno que rebasa sobradamente lo deportivo.    

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ