Sobreviviremos a las marchas, plantones y cortes de circulación de los supuestos empleados de la Suprema Corte de Justicia con el fin de evitar que desaparezcan los fideicomisos privilegiados de sus “amos y señores”, acto igual de gandalla que cuando (engañados o no), algunos ciudadanos salían a marchar para defender el sueldote de Lorenzo Córdova. Resultaba de humor involuntario ver cómo la enviada de la Suprema Corte trataba de responder sin responder, a los cuestionamientos del diputado Hamlet, cuando se le preguntaba exactamente a qué tipo de trabajadores, cargo y nivel en tabulador ayudaría un fideicomiso chirris de 300 millones de pesitos.
Pero cuando los derechairos pierden, arrebatan! Corrió una gráfica en redes, se mostraba el monstruoso gasto en Fideicomisos para el Ejército Mexicano, el cual se ve a leguas es inmensamente mayor al de la Tremenda Corte. Ahora bien, esto no legaliza ni justifica los gastos superfluos del Poder Judicial. Ojalá con ese presupuestote se lograra consignar y dictar sentencia a más del 3% de los criminales, porcentaje actual de aquellos a los que se les echa el guante.
Aseguran algunos que el país está militarizado, pero a diferencia de este ejército participativo con el de aquellos años de la guerra sucia, es que éstos no toman las decisiones. Y afortunadamente, de forma lenta (muy lenta si quieren), se está tratando de lograr que respondan por sus actos. Por ejemplo: CINCO MILITARES FUERON SENTENCIADOS A 90 AÑOS EN EL TAMBO POR ASESINAR A JORGE Y JAVIER, ESTUDIANTES DEL TEC DE MONTERREY, HACE 13 AÑOS. PERO COMO LA PENA MÁXIMA ES DE 60 AÑOS, se las rasuraron.
También aprovecharon los reaccionarios esa foto en donde mi Jaguar de Macuspana le entrega un reconocimiento y da la mano sin sonreír, al General Cienfuegos. Pero no debemos olvidar que esto sucedió en el Marco del 200 aniversario del Colegio Militar, al que estaban invitados todos aquellos que habían sido sus directores. Y como dice mi querido amigo Víctor Ronquillo: “ahí se pudo ver a las fuerzas oscuras del Ejército”.
Porque hasta en las letrinas hay niveles y evidentemente hay personajes aferrados con uñas y dientes a su añejo poder de décadas y sexenios anteriores, que se han vuelto intocables e ininterrogables. Como el citado General en el caso Ayotzinapa. El ejército es una institución que tiene diferentes intereses y grupos.
Pero, ese mismo día y a la misma hora en el que se entregaban diplomas allá en Perote, en otro lugar se llevaba a cabo el Informe (a dos años de existencia) de la Comisión Verdad y Justicia. Que es el mecanismo de esclarecimiento histórico para saber qué pasó con los desaparecidos en la guerra sucia y probar las infinitas VIOLACIONES a los derechos humanos a manos de militares y Estado. Porque afortunadamente quedan ciudadanos que no se obnubilan con las noticias de relumbrón y tampoco olvidan.
POR: FERNANDA TAPIA
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