CONECTANDO CABLES

Transición laboral justa para los vehículos eléctricos

Para los trabajadores, la mayor preocupación es que los vehículos eléctricos tienen muchas menos piezas que los modelos de gasolina

OPINIÓN

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Miguel Ángel Marmolejo / Conectando Cables / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hace poco escribí un artículo sobre un nuevo pacto verde para México Post-COVID-19 y el futuro del trabajo en economías progresivamente descarbonizadas (OGEL), donde reflexionaba sobre los requisitos para una transición laboral sustentable.

Reflexionaba sobre una vía factible para lograr dicha transición, el que México aprovechara la reforma laboral de 2019 que reforzó la libertad sindical, la justicia laboral y la negociación colectiva, lo que trae como consecuencia, la obligación de negociar y redactar nuevos contratos colectivos de trabajo entre los patrones y los trabajadores, sobre todo en las empresas transnacionales pertenecientes a las cadenas de valor de la zona de libre comercio con América del Norte, y así  aprovechar la coyuntura para que estos nuevos contratos incluyeran cláusulas para capacitar y re-entrenar a sus trabajadores, a fin de dotarles de las habilidades necesarias propias de la transición sustentable de la economía.

Proponía, esto en el mundo ideal, que de recibir los trabajadores dicha reconfiguración de habilidades, se traduciría en mejores condiciones de trabajo, mayor competitividad y representaría un paso decisivo hacia una transición económica verde y justa, adoptando iniciativas de otros países, por ejemplo, la Estrategia de Transición Justa de España, cuyo objeto es diseñar políticas industriales y de enseñanza, así como la promoción de actividades sustentables de desarrollo económico, laboral y profesional.

Mundo ideal que tristemente es superado por la realidad, si se toma en cuenta las 14 quejas formales y un panel, como recuento preliminar de la supervisión laboral a México vía T-MEC derivadas del mecanismo laboral de respuesta rápida, del Capítulo Laboral del Tratado, que protege los derechos sindicales (El Economista), viéndose involucradas algunas empresas del sector automotriz.

Sorpresivamente, más no un hecho imprevisible, estalla la huelga entre los fabricantes de autos de Detroit y el sindicato United Auto Workers, identificando un tiro de precisión a cargo de Jack Ewing, del New York Times, al titular su columna “La batalla sobre los vehículos eléctricos es el tema central de la huelga”, quien escribe que los fabricantes de automóviles están enfocados en mantener bajos los costos a medida que aumentan la fabricación de vehículos eléctricos, mientras que los trabajadores en huelga quieren conservar sus puestos de trabajo a medida que la industria cambia a las baterías.

Para los trabajadores, la mayor preocupación es que los vehículos eléctricos tienen muchas menos piezas que los modelos de gasolina, por lo que dejarán obsoletos muchos puestos de trabajo; sin embargo, están surgiendo muchas fábricas nuevas de baterías y vehículos eléctricos que “podrían” emplear a trabajadores de las plantas que han cerrado; claro siempre y cuando estén debidamente capacitados.

Me pregunto si México puede abrir un mecanismo laboral de respuesta rápida en contra de EU, aplicando la expresión “two way street” y anticiparse.

POR MIGUEL ÁNGEL MARMOLEJO

COLABORADOR

PAL