COLUMNA INVITADA

Es fácil predecir lo que nos espera

La batalla por la presidencia de la República de 2024, arrancó el mismo día en que el presidente López Obrador tomó protesta, ya son más de 5 años consecutivos en que los ciudadanos han sido rehenes de la política.

OPINIÓN

·
Héctor Serrano / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La batalla por la presidencia de la República de 2024, arrancó el mismo día en que el presidente López Obrador tomó protesta, ya son más de 5 años consecutivos en que los ciudadanos han sido rehenes de la política.

Y aunque no es una situación inédita, porque todos los gobiernos sin excepción, trataron de imponer a su sucesor, nunca había sido tan abierta y descarada la confrontación; existían códigos mínimos de diplomacia, hoy no existe ningún respeto por el adversario. 

A pesar de que los plazos legales lo prohíben, los dos grandes bloques de aliados, de donde seguramente resultará electa la próxima presidenta de la República, ya tienen candidatas, solo falta Movimiento Ciudadano y la remota posibilidad de algún candidato independiente.

En suma, son casi 9 meses de campaña los que faltan para tratar de convencer a los electores; estamos frente al proceso electoral más largo en la historia de nuestro país.

Si estuviéramos frente a una campaña de propuestas y de contrastes, a lo mejor hasta pudiera agradecerse su aportación a la causa democrática, pero la experiencia nos demuestran lo contrario, los siguientes meses estarán colmados de confrontación, descalificaciones y patadas por debajo de la mesa.

Así ha sido hasta ahora, la clase política está enfocada en denostar a sus contrincantes, cualquier recurso que poseen tiene un único propósito: destruir.

Nada aporta a la democracia una campaña tan larga y de este nivel, al contrario, solo erosiona a las instituciones y al tejido social. En el caso del INE, no hay manera de que salga bien librado de esta prueba, después de las graves faltas cometidas contra la legislación electoral, tendría que actuar en consecuencia, pero si lo hace, será acusado de faccioso. El futuro no es halagador para la democracia mexicana; nadie está dispuesto a portarse a bien y a acatar las reglas.

A esta forma de hacer campaña también contribuyen los tontos útiles; los comunicadores al servicio de alguno de los bandos, que están dispuestos a aplaudir cualquier ocurrencia de sus candidatas al grado de hacerlas pasar como virtudes. No hay espacio para las voces imparciales, para los verdaderos periodistas, pues sus opiniones son desdeñadas y sus argumentos quedan atrapados en efímeras batallas entre chairos y fifís.

Lo más preocupante, es que esta forma de hacer campaña es imposible sin el apoyo de la mayoría, el pueblo bueno y sabio disfruta de la estridencia; para mantenerlo entretenido, las candidatas están ocupadas en inventar la frase más jocosa, quieren conectar con la audiencia a través del desparpajo y la simpleza, las ideas profundas del cómo gobernar un país tan complejo como el nuestro, ya son cosa del pasado. ¿Es esta forma de hacer política la que nos merecemos?

Nos esperan 9 largos meses para conocer a la ganadora de la elección presidencial, si las cosas no cambian, será por el resultado de una campaña vacía de ideas,  de conceptos y sumamente cuestionada. Los ciudadanos tenemos la obligación de exigir mayor altura a nuestras candidatas con independencia de nuestras preferencias, no debemos aplaudir las ocurrencias ni los disparates. Si no empezamos a ser críticos desde ahora, es fácil predecir lo que nos espera.

POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR

COLABORADOR

@HSERRANOAZAMAR

EEZ