Uno de los instrumentos fundamentales para la conducción de la política económica del país es la Ley de Ingresos de la Federación que anualmente se aprueba. Iniciamos la discusión parlamentaria correspondiente a la Ley de Ingresos para el año 2024 tanto en la Cámara de Diputados y Senadores. Por tal razón, consideramos importante el hacer algunos señalamientos sobre el proyecto remitido por el ejecutivo a la asamblea deliberante de San Lázaro.
En primer lugar, ha llamado la atención que el gobierno ha decidido meter el acelerador… conduciendo hacia un callejón sin salida. Destaca que, en la víspera de elecciones, se tienen programados instrumentos de ingreso y gasto que acentúan el riesgo de las finanzas públicas y siembran nubarrones en el horizonte económico del país.
En efecto, el proyecto de dictamen que ha circulado de la Comisión de Hacienda revela datos cruciales sobre la Ley de Ingresos de 2024. Según dicho proyecto se espera un ingreso total de 9 billones 66 mil millones de pesos y un endeudamiento interno de un billón 990 mil millones de pesos para el próximo año.
Lo que resulta particularmente relevante es el aumento sustancial en el endeudamiento interno, que representa un aumento del 58.3% en comparación con el año anterior. Esto se traduce en un endeudamiento histórico y plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas.
La deuda pública -esa que el actual gobierno niega rotundamente- ha experimentado un crecimiento exponencial desde 2018, con un aumento porcentual al cierre del sexenio del 60%. Esto plantea preocupaciones sobre la capacidad del gobierno para gestionar su deuda de manera efectiva y mantener la estabilidad financiera.
Además, es importante observar el precio del petróleo, que se proyecta en 56.7 dólares por barril para 2024, a pesar de que el precio promedio del petróleo ha superado consistentemente las estimaciones de la SHCP en años anteriores. Esta subestimación del precio del petróleo podría permitir al gobierno utilizar excedentes en caso de un precio más alto de lo presupuestado, en un “guardadito” para los candidatos del oficialismo en el próximo proceso electoral, quizá.
En cuanto a la retención del Impuesto Sobre la Renta a los ahorros de las y los mexicanos, el dictamen plantea un aumento significativo del 986%, pasando del 0.15% al 1.48%. Esta medida podría impactar negativamente en los ahorros e inversiones de la población, y plantea interrogantes sobre la proporcionalidad tributaria y sobre la falta de cordura en la penalización del ahorro, justo cuando lo que se debe hacer es incentivar el mismo.
Por último, la consideración sobre la inopinada transición al IMSS Bienestar y el Fondo de Salud para el Bienestar, que aún se encuentran en discusión en la Suprema Corte de Justicia, destaca la opacidad y la falta de reglas claras en un nuevo modelo que gestiona miles de millones de pesos y que pone en severo riesgo la provisión de servicios de salud de la población derecho-habiente. Además, se señala que el Fonsabi ha sido objeto de mal uso de recursos -destinarlos a la caja chica de presidencia, vía la tesorería de la Federación- en lugar de atender a pacientes con enfermedades graves, lo que plantea serias preocupaciones sobre su gestión y transparencia.
Como se puede ver, el análisis de estos temas fundamentales de la Ley de Ingresos 2024 es indispensable para conjurar riesgos de la economía nacional en un escenario internacional incierto. Por tal razón, hacemos un llamado a la mayoría del partido oficial a abandonar la premisa de “no cambiar una sola coma” al proyecto de ingresos de la presidencia y gestionar un plan de financiamiento razonable y serio.
Como legisladores estamos obligados a dar un debate de altura. El Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional en la Cámara de Diputados así lo hará. Privilegiaremos argumentos y razones. Esperamos de nuestras contrapartes racionalidad y decoro en la discusión. Que prive el diálogo y un intercambio constructivo de ideas.
POR JORGE ROMERO HERRERA
@JORGEROHE
COORDINADOR DEL GPPAN Y PDTE. DE LA JUCOPO
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