MALOS MODOS

El Omar, el Bartlett y otros modelos de la nueva izquierda

Es entendible que, agobiados por tanta chamba, los responsables de la comunicación en el movimiento luego no se den abasto

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Me parece que es momento de mejorar los procesos de comunicación interna del movimiento, compañeres. El otro día la Sabina de plano se agarró los dedos con la puerta, no sé si la vieron. Andaba la Sabi en papel. Ya saben: “Empezó el sexenio y tuve una revelación, compañeras. Ahora soy súper de izquierdas”, y por lo tanto, en la onda de que García Harfuch, por sus orígenes y su falta de huipiles, no está en sintonía con la esencia progresista del morenato, y con que la Clara es la onda, porque aparte es mujer y tenemos el movimiento más feminista de la historia… 

Y que le cae encima la sorpresota en pleno programa: El Fisgón y Paco Taibo le dicen que no ven el problema con ese muchacho, le recuerdan que somos un movimiento abierto y subrayan que personas de procedencias muy diversas pueden presumir resultados magníficos al servicio del Pueblo Bueno, encarnado en el Segundo Presidente Más Popular del Mundo. 

Ejemplo destacadísimo: el licenciado Bartlett, que puede haber estado metido en el fraude del 88, dijo el Fis, pero que ahora es un señorón comprometido con la soberanía energética. No dramaticemos. ¿Que Sabina hizo el oso? Pues sí, pero sabemos que eso, el ridículo, es el precio de participar en este movimiento glorioso, y mi Sabi ha dado ya muchas muestras de entenderlo a cabalidad. Aguantará incluso otra más: ya es una de nosotres. También es entendible que, agobiados por tanta chamba, los responsables de la comunicación en el movimiento luego no se den abasto y se les pase avisarle de los cambios de lineamiento a los segundones del aparato de propaganda, este agitprop de la tlayuda. 

Sin embargo, sí es importante dar muestras de una comunicación congruente, organizada. Orgánica, pues. Así que, me parece, hay que echar mano, ya, hoy, de la tecnología, compañeres. ¿Que el Presidente y por lo tanto el Fis empiezan a ver con buenos ojos a García Harfuch, porque las encuestas lo ponen muy arriba y la victoria es primero? Pues vas a un chat que incluye a toda la comentocracia popular, de la Sabi al Molécula, y mandas el guats: “Que siempre sí vamos con el Omar”. Y ¡bum!: todos en sintonía.

Así, veremos todos el espectáculo prodigioso de la coreografía mediática: los abajo firmantes del otro día transformados en omaristas convencidos. Ahí es donde la Sabi puede compensar. 

¿Qué tal una entrevista larga con el próximo jefe de Gobierno, destacando el hecho de que trabajó hombro con hombro con Claudia, modelo de feminismo y progresía? Ya puestos, puede seguirle una con el licenciado Bartlett, otra encarnación del nuevo modelo de la izquierda y ejemplo vivo de cómo el contacto con el otro licenciado, o sea López Obrador, basta para purificar hasta la más oscura de las almas.

Sigan al Doctor Patán para una política de comunicación interna menos trastabillante.  

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ