Levantó la mano y ahora deberán medirla. Su irrupción en la contienda del Frente Amplio en la CDMX, puso nervioso a más de uno; desplazará a alguien.
Margarita Zavala ha comenzado la conformación de un equipo de campaña; quiere ser Jefa de gobierno. En las mediciones que ha revisado, tiene buenos números de reconocimiento y es competitiva.
Su problema es que ningún partido la quiere en la boleta, pues no está alineada a sus dirigencias locales ni nacionales; la ven como una externa, e incluso la miran con desconfianza.
La esposa de Felipe Calderón difícilmente tendrá el respaldo del PRI de ‘Alito’; su agenda choca con la del PRD; y por si fuera poco, el grupo dominante del PAN en la capital, no la quiere: no es nueva su distancia con el equipo que encabeza el coordinador de los diputados Jorge Romero, tampoco que Zavala y Calderón sabotearon la candidatura presidencial de Ricardo Anaya en 2018 –y hasta trataron de conformar un nuevo partido político- y renunciaron a su militancia panista.
Procesar su aspiración no es cosa sencilla, pero el Frente tampoco tiene demasiados argumentos para disuadirla de participar, sobre todo porque han dicho que habrá un “proceso abierto a la sociedad”. A regañadientes, si se inscribe, deberán medirla. Y por los años de trayectoria y visibilidad, será competitiva en las encuestas.
La incursión de Zavala es, en buena medida, consecuencia de la propia torpeza y lentitud de la alianza PAN-PRI-PRD para definir su proceso para la candidatura a la jefatura de gobierno. Entre más demoren, más accidentes –internos y externos- podrían aparecer en el camino.
Al menos desde julio pasado, dos de los aspirantes, Adrián Rubalcava y Luis E. Cházaro, han pedido a sus dirigencias definir el método. El alcalde en Benito Juárez, Santiago Taboada, ha dicho que “con el método que quieran, voy a participar”. Pero las semanas siguen pasando y los meses avanzando, y los partidos lucen pasmados.
Ya había un primer acuerdo para que cada partido propusiera un par de nombres –los mejor posicionados- ye estos se midieran. Habría después al menos un Foro y una encuesta final. Pero el malestar de algunos que se sintieron excluidos al filtrarse la lista lo saboteó.
Taboada (PAN), Rubalcava (PRI) y Cházaro (PRD) aparecían, así como Lía Limón (PAN), Cynthia López (PRI) y Nora Arias (PRD).
La senadora panista Kenia López se inconformó; también la alcaldesa con licencia Sandra Cuevas; y el perredista Víctor Hugo Lobo, expareja de Arias.
En medio del jaloneo interno, apareció Zavala. ¿A quién desplazará si el método se mantiene en lo pactado? ¿Sería propuesta del PAN? En ese caso, la alcaldesa en Álvaro Obregón resultaría damnificada.
Margarita está en el tablero. Participará. Su perfil es competitivo. Quizá no le alcance para ganar, pero si no lo consigue y avanza otro de los acuerdos que hay en la mesa de las dirigencias –que quienes lleguen en segundo y tercer lugar (respetando el reparto por género) conformen la fórmula al Senado- Zavala podría convertirse en senadora. Veremos.
Como sea, ya movió el cálculo de algunos. A ver cuánto más demoran las dirigencias en definir el método, antes de que se les termine de enredar el proceso.
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
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