MUJERES, S.A.

Cómplices

Todos tenemos un rol que jugar para hacer de este mundo un lugar más justo para las mujeres. ¿Cómo? Aquí va mi plan de cinco pasos para convertirte en cómplice de las mujeres de tu alrededor

OPINIÓN

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Créditos: El Heraldo de México

La única vez que ví a mi padre enfrentarse al suyo, fue cuando mi abuelo, quien me estaba enseñando a montar a caballo (5 años) insistía en que el deber ser era que yo montara en la silla charra tradicional de las niñas. Mi padre contestó, con más firmeza de la que yo esperaba: “me da igual si así deben ser las cosas papá, lo importante es que la niña se mantenga arriba del caballo, y con esa silla, se la pongo más difícil”. Mi papá, siempre ha sido mi cómplice.

No hay institución o líder que se pronuncie en contra de la diversidad de género en sus estructuras (abiertamente). ¿Pero cuántos de nosotros realmente somos co-conspiradores de los éxitos de niñas y mujeres de nuestro entorno? ¿Qué tanto tomamos un rol activo en defender, promover y facilitar espacios de expansión? La realidad es que los cambios que necesitamos para acortar los tiempos de una verdadera equidad, requieren de la participación y el compromiso de todos. También los necesitamos a ellos. Necesitamos (todos) abandonar la indiferencia y dejar de pensar que los temas de género no nos alcanzan y que no hay nada que nosotros en lo personal podamos hacer.  Todos tenemos un rol que jugar para hacer de este mundo un lugar más justo para las mujeres. ¿Cómo? Aquí va mi plan de cinco pasos para convertirte en cómplice de las mujeres de tu alrededor:

Edúcate y educa a otros. Para saber cómo ayudar, primero tienes que entender cuáles son los problemas.  Empieza por escuchar a las mujeres cercanas con mente abierta y empatía. Es posible que estas mujeres se enfrenten a obstáculos que tú no te imaginas, cada mujer lucha en sus propias guerras.

No te quedes callado(a). Si eres testigo de algo discriminatorio, irrespetuoso o injusto, hay que intervenir de inmediato. Por ejemplo, no permitas que interrumpan a una mujer mientras está exponiendo un punto. Nunca.   

Conviértete en confidente y patrocinador(a). Sé un espacio seguro para que las mujeres compartan sus dificultades pero también sus ideas y sus triunfos. Sé un patrocinador(a) y abre espacios para mujeres siempre que puedas.

Intenta encontrar equilibrio en tus equipos y hasta en tus reuniones. Platica con recursos humanos sobre maneras de activamente equilibrar las balanzas de género en tu entorno.

Llévate tarea a casa. Mi cómplice de vida es un señor de la Generación X (como yo), no equipado naturalmente para discusiones sobre género e inclusión. Poco a poco, a través de mis experiencias, se ha ido convirtiendo en un aliado indiscutible de mi arma secreta para su conversión: su hija, una niña hecha enteramente de talento y libertad. Mi compañero es ahora, quizás sin saberlo, un feminista de clóset.

Es importantísimo tener la curiosidad de analizar qué de lo que hacemos puede estar ayudando o dificultando el crecimiento de las mujeres cercanas a tí. Hay pocas cosas tan satisfactorias como participar del éxito de otros.  Sé socio(a) de historias de mujeres increíbles, te va a gustar.

POR CLAUDIA LUNA
@CLAUDIALUNAHDZ

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