DESDE AFUERA

El nuevo desorden global

Hoy China, Europa, Rusia y EU participan en un nuevo juego geopolítico en el que tratan de involucrarse también varias potencias menores

OPINIÓN

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José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Una reciente frase del diario Financial Times en torno al actual conflicto entre Israel y Hamas consignó que "ya nada es normal".

La fase, sin embargo, bien puede referirse a la situación mundial, donde la multipolaridad ha sustituido a la hegemonía que mantuvieron los estadounidense entre 1990 y más o menos 2016, o a la bipolaridad emanada de la Segunda Guerra Mundial.

Hoy, cuatro grandes potencias –China, Europa, Rusia y Estados Unidos– participan en un nuevo juego geopolítico en el que tratan de involucrarse también varias potencias menores o aspirantes a mayores, como India, Brasil, Turquía, Irán o Arabia Saudita y naciones coaligadas en el Pacífico, como Japón, Australia y Corea el Sur. Pero esto implica una nueva era de competencia internacional.

Una en la que las grandes potencias impondrán de nuevo el juego de la geopolítica, complementado ahora por la geoeconomía, y llevará a una era de rivalidades y juegos de poder entre bloques regionales más o menos determinados por la geografía y la economía.

"La noción de que la competencia entre grandes potencias define la geopolítica ha vuelto a estar de moda después de caer en el olvido al final de la Guerra Fría", escribieron Michael Kimmage y Hanna Notte en la influyente publicación Foreign Affairs.

Pero si bien la competencia puede considerarse como benéfica en términos generales, también es cierto que hay una parte de esa competición que implica juegos estratégicos y obligan a recordar los "pulsos" en que se involucraron los bloques "socialista" y "capitalista" durante la llamada Guerra Fría, entre 1948 y 1990, cuando dedicaron serios recursos a crear y librar conflictos a través de terceros. Para ello aprovecharon frecuentemente de problemas con profundas raíces locales, a veces con resultados negativos para sus intereses.

El hecho es que para muchos analistas internacionales, lo que viene ahora es una etapa en la que las potencias tratarán de dar forma a un nuevo orden internacional, con el proviso, sin embargo, de que se trata de un guiso en el que buscarán intervenir muchos cocineros.

Y si la primera Guerra Fría es un indicio, los poderes hegemónicos usarán su poderío -militar, financiero o su conjunto- para influir en los asuntos globales, sea mediante conflictos armados a través de terceros o presiones económicas.

El punto además es que los grandes poderes ya no son absolutos, y las potencias medias o pequeñas aspiran a hacer sentir sus intereses, sea a través de crear un bloque y erigirse en su representante, como Brasil en Sudamérica, o tratar de influir en una situación a través de terceros, como Irán en Oriente Medio.

Esa consideración también es de importancia cuando se generan "vacíos de poder", como parece cada vez más frecuente en viejas zonas de conflictos y problemas ancestrales, como en una África donde las fronteras fueron delineadas arbitrariamente, al igual que Medio Oriente, los Balcanes y el Cáucaso. 

POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM

@CARRENOJOSE1

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