MALOS MODOS

Antisemitas y de izquierdas

Pues no, tampoco esta vez logró estar fino nuestro presidente. Las imágenes y las historias las conocemos

OPINIÓN

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Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Pues no, tampoco esta vez logró estar fino nuestro presidente. Las imágenes y las historias las conocemos todos: mujeres violadas, asesinadas y exhibidas, desnudas, en videos repugnantes; niños muy pequeños asesinados a tiros junto con sus padres; civiles secuestrados por decenas y decenas; casas quemadas; cuerpos decapitados, y militares sometidos a golpes y torturas.

El terror, pues, en una magnitud inédita, muy a pesar del cretinismo moral de los que intentan equiparar esa pesadilla con lo que sea que haya hecho el ejército israelí´.

Bien: mientras los Estados Unidos, Canadá o Europa respondían con firmeza y solidaridad, nuestro titular del Ejecutivo se aventó una mañanera para el olvido, entre las tibiezas sobre la paz en el mundo y las obviedades como que la guerra es rete fea para todos, la negativa a condenar como es debido a Hamas, o condenarlo aunque sea tantito, y dislates como referirse a los israelíes como “israelitas”, no se´ si porque es tan aficionado a leer las Escrituras y uno se confunde.

Si ven la mañanera, es evidente que el Motor de la Transformación pasó un mal rato, por lo que sabemos: su pecho no es bodega. México, sobra decirlo, depende por completo de los Estados Unidos, y a últimas fechas ha estado de lo más cooperador con Israel, según vimos con el caso de Roemer.

Así, a nuestro presidente le fue imposible lo de poco menos que lanzarse a festejar el terrorismo islamista, como en cambio si´ hicieron sus bróders de la región: Maduro, o Evo, o Cuba, o Petro.

Bueno, y sus bróders no de la región: Melenchon, por ejemplo, en Francia.

En otras palabras, nuestro presidente pasó un rato muy difícil porque lo de gobernar tiene sus exigencias y esta vez la exigencia fue no comportarse como el hombre de izquierda que es, un poco como le pasó con la invasión a Ucrania, cuando no pudo mandarle a Putin un abierto abrazote solidario.

No hay, por supuesto, un solo aspecto positivo en el horror que sufre Israel, pero al menos ha empezado ya a extenderse una certeza infame: al margen de las periferias lunáticas de filiación neonazi, horrendas pero minoritarias, hoy el antisemitismo, disfrazado de “solidaridad con Palestina”, es un patrimonio que comparten la izquierda nominalmente antirracista, feminista, defensora de los derechos LGTB y anti imperialista, y los islamistas de todo signo, es decir, los que lapidan gays y transexuales; someten a las mujeres a la obediencia y el velo; creen que los judíos deben ser asesinados, todos, por el hecho de ser judíos, y pretenden imponer un enorme califato, un califato global, regido por la sharía, la ley islámica.

¿Saben quiénes más tienen un pecho que no es bodega? Los israelíes. Queda para la posteridad la carta que le escribieron al gobierno mexicano.

Somos una vergüenza, sí. Esta vez, una tibia vergüenza.

POR: JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ