Enfrentar una sequía histórica tiene enormes impactos en la producción de alimentos. En el caso de los productores de frijol de Zacatecas, Durango y Chihuahua, la situación es crítica ante una cosecha que será una de las más bajas en los últimos 30 años.
Algunas asociaciones y grupos de productores demandan que el gobierno federal emprenda medidas para mitigar las repercusiones de esto, una de ellas, según el senador zacatecano, José Narro Céspedes, es solicitar que se emita la declaratoria de emergencia a fin de destinar recursos ante una situación que, según sus palabras, es desastrosa.
Aunque desde hace algunos meses, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) que encabeza Víctor Villalobos Arámbula, emprendió algunas medidas en estos estados, como la transferencia de semilla certificada resiliente de frijol, un proyecto de estimulación de lluvias para mitigar el estrés hídrico, o la continuidad de los programas de entrega de fertilizantes, la falta de agua en la región tendrá una afectación que ya se cataloga como histórica.
Esta situación no sólo tiene un impacto en la economía de los productores, también, como lo señala la misma SADER, en un comunicado de prensa de septiembre pasado, “incrementa la vulnerabilidad de los agricultores, la degradación del suelo y reduce la biodiversidad de la región”.
En Durango, el presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos, Manuel Martínez, dio conocer que la cosecha se limitará a 20 mil toneladas, lo cual es insuficiente tanto para el comercio como para el autoconsumo de la población agraria en la entidad, mientras que en Chihuahua, la situación no es mejor.
Según el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA), que dirige Juan Carlos Anaya, la sequía en las principales zonas productoras de frijol redujo la superficie sembrada, con lo que la producción se reducirá en un 35 por ciento, mientras que la producción de los dos ciclos O-I 2022/2023 y el PV 2023 se estima en 669 mil TM, es decir, 30.7 por ciento menor respecto al año previo, con lo que este año se ubica como el segundo con la cosecha más baja en 30 años, después de las 567 mil toneladas de 2011.
Además, el impacto será para el resto de la población ante una inminente alza en el precio, pues la caída en la producción nacional obliga a importar el grano de otros territorios.
Según el reporte “La sequía provocará escasez de frijol en México y alza en los precios de la cadena comercial” de GCMA, se espera que las importaciones provengan de Estados Unidos, pero la producción en ese país será menor en 13 por ciento a causa de una reducción en la superficie sembrada, lo que elevará los precios para México.
La situación amerita mayores medidas por parte del gobierno federal y de los gobiernos estatales, pues se trata de una situación que puede prevenirse, pues vivimos en un país eminentemente árido, mientras que los efectos del cambio climático se advierten año con año, lo que obliga a acelerar nuestra adaptación.
Heineken brinda por un México mejor
La estrategia es que todos brindemos con Heineken, y no sólo en los próximos “brindis de cierre de año”, sino en la capacidad de brindar acciones para mitigar el impacto de la actividad humana y el cambio climático en los ecosistemas.
Ante ello, la compañía cervecera en colaboración con Fundación Azteca y 800 voluntarios realizaron una jornada de reforestación en el Área Natural Protegida Bosque de Tlalpan, uno de los pulmones naturales de la Ciudad de México, en la que se sembraron mil 800 encinos y madroños. ¡Salud por la preservación de nuestros espacios naturales!
POR MARIANA OTERO BRIZ
@BRIZCOCHO
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