El jueves se conmemoró el Día Internacional del Acceso Universal a la Información, este día proclamado por la UNESCO, órgano de Naciones Unidas encargado de asuntos de educación, ciencia y cultura, pretende hacer conciencia tanto en ciudadanos como en gobernantes sobre la importancia del derecho a saber, sobre la importancia para los primeros no sólo de exigir transparencia sino denunciar opacidad y para los segundos la obligación de mantener la apertura y evitar ocultar datos.
En otras palabras, a propósito de la conmemoración del este día, es importante recordar el acceso a la información a los ciudadanos como su derecho y a exigir y procurar que se cuente con las instancias correspondientes que puedan atender sus solicitudes, y, para los gobiernos, reiterar su obligación de rendición de cuentas para fundamentar, informar y mostrar resultados de todas sus acciones.
El acceso es la regla, el secreto es la excepción. Así indica uno de los estándares de transparencia según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), es decir, todos los datos referentes a las acciones del gobierno deben ser accesibles salvo excepciones en las que se considere que su divulgación podría causar un daño demostrable a intereses legítimos.
¿Cómo lo ha hecho México en este tema? Transparencia Internacional, organización global dedicada a promover estos temas y a medir los avances en materia de corrupción de muchos países, sitúa al nuestro en el lugar 126 de 180, (siendo 180 el país con mayor percepción de corrupción y menos avances al respecto), además de señalar lastres importantes como un contexto cada vez más violento. Un gobierno opaco, con secretismos deriva en procesos corruptos e impunidad y esto a su vez en violencia y proliferación de la misma, un ciclo sin fin y que va creciendo.
Esta espiral de violencia es la punta del iceberg, la base más profunda es un gobierno que se mueve entre las sombras, que esconde sus acciones y que pretende guardar bajo la alfombra violaciones graves a cualquier órden legal sin buscar responsables. ¿El resultado? Una sociedad convulsa y cada vez más agresiva entre sus propios individuos, vacíos de poder llenados con desfiles de grupos armados en plena luz del día y sin temor a nada.
Y no se trata solo de los hechos que se quieren ocultar y de la poca claridad con la que el gobierno realiza sus actividades del día a día, sino también de aquellos hechos lamentables que no han querido ser investigados ni esclarecidos, como es el caso de los 43 de Ayotzinapa y diversas tragedias recientes de jóvenes desaparecidos.
En el informe de “Métrica de Gobierno Abierto 2021” el INAI concluyó que hace falta mucho por avanzar, en primer lugar, creando una conciencia de lo que realmente significa la transparencia y la participación ciudadana en los asuntos del gobierno, entendida a veces solo como contestar un buzón de quejas y no como crear mecanismos reales y atendidos con seriedad que permitan la inclusión de los ciudadanos en los mismos procesos de decisión institucionales.
Los ciudadanos informados pueden tomar mejores decisiones, los ciudadanos informados que saben cómo están siendo gobernados pueden no solo exigir sino hacerlo de mejor manera, los ciudadanos informados pueden cumplir mejor sus obligaciones, por ejemplo, en las urnas.
POR AZUL ETCHEVERRY
AETCHEVERRYARANDA@GMAIL.COM
@AZULETCHEVERRY
MAAZ