Hoy se reúnen en México los líderes de Norteamérica en un contexto geopolítico sumamente complejo, derivado del impacto de la guerra de Ucrania y bajo la amenaza de una recesión económica global. Todavía no se ha logrado en el mundo superar los efectos de la pandemia, en un escenario de profundos cambios en las corrientes de intercambios comerciales y de inversión.
Mientras tanto, crece la incertidumbre ante las tensiones entre las potencias y la falta de respuestas para enfrentar los grandes retos del cambio climático y el incremento de las corrientes migratorias.
En la cumbre de 2021, los líderes reanudaron el diálogo interrumpido durante los años de Donald Trump, con el ánimo de promover una visión de América del Norte como la región más competitiva y dinámica del mundo.
El proceso de integración que ha posicionado a Norteamérica como una región económica de primer orden está aún lejos de agotar su potencial en un entorno cada vez más competitivo. La rivalidad entre Estados Unidos y China, entre otros factores, ha evidenciado la oportunidad que representa para nuestro país prácticas como el nearshoring que puede optimizar las cadenas comerciales de suministros. La localización estratégica de México nos coloca en una situación privilegiada para atraer más inversiones y oportunidades de negocios cuando la logística del transporte internacional se encuentra severamente afectada.
Algunos datos ilustran la magnitud de la economía regional:
Estados Unidos intercambió más de $3 millones por minuto en bienes con sus vecinos en 2022. México y Canadá fueron los principales socios comerciales de EU en 2021, lo que representa el doble del volumen comercial entre Washington y Beijing ese año. El sector manufacturero de nuestro país experimentó un aumento de casi 30% de la inversión extranjera directa (IED) durante los primeros nueve meses de 2022. Estados Unidos y Canadá son los mayores inversionistas extranjeros en México, representando 39% y 10% de la IED en el país.
El mayor reto en el proceso de integración regional está en cerrar paulatinamente la brecha del desarrollo entre México y sus dos grandes vecinos sobre la base del respeto mutuo y la premisa de que los tres se benefician más cuando cada uno de ellos progresa y todos pierden cuando uno falla. De ahí, la importancia de resolver las disputas comerciales pendientes, evitar disrupciones en las cadenas de suministro e impulsar nuestra competitividad en el marco de los compromisos del T-MEC.
Por último, es positivo que la movilidad laboral tenga un lugar en la agenda trilateral, sobre todo, cuando en el Norte no hay suficientes personas para atender las demandas de empleo en sus economías. De manera contrastante, según fuentes del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de EU, en 2022 se batieron todos los récords con las expulsiones y detenciones de 2,378,944 personas en la frontera. Así, el fenómeno migratorio continúa siendo la mayor asignatura pendiente en nuestra región.
POR CARLOS DE ICAZA
EMBAJADOR EMÉRITO Y EXSUBSECRETARIO DE RELACIONES EXTERIORES
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